Por qué somos tan dependientes del amor
Cuando caemos en las “redes del amor" junto a esa supuesta media naranja, al principio todo es bonito, afable, y sentimos una conexión realmente especial con nuestra pareja - lo que supone un aumento de autoestima muy importante. Y es que, sentirnos queridos y deseados por otra persona hace que nos sintamos realmente bien con nosotros mismos y nuestro exterior.
Sin embargo, cuidado con hacerse
“dependiente emocional" de nuestra pareja ya que al final, si la relación termina por cualquier razón, entonces la ruptura puede llegar a ser muy dolorosa.
Por ello, a continuación les damos una serie de consejos para que su relación sea un complemento más en sus vida, y no la totalidad de ella.
Tener los pies en el suelo
Al comenzar una relación, seguro que muchos de ustedes sienten que deben darlo todo. Por ello,
es importante que tengan siempre los pies en el suelo, y no idealices a la otra persona como si fuese perfecta. Recuerden que todos somos seres humanos con nuestros defectos y virtudes, y por ello hay que conocerse mucho mutuamente antes de formalizar una relación.
Poner siempre límites
Imaginen que ya llevan una relación de un par de meses con esa persona “supuestamente” perfecta, pero al cabo de un tiempo se dan cuenta cómo los manipula para que sólo estén con él/ella la mayor parte del tiempo.
Recibir tanta atención puede parecer muy alagador, pero recuerden que "hay vida más allá" de nuestra pareja, y que la amistad que nos dan nuestros amigos es un tesoro que si cuidamos bien, nos puede durar toda la vida. Algo que no ocurre con el amor, que puede ser cambiante durante distintas etapas de nuestra vida.
La confianza es esencial
Cuando una persona es cariñosa, detallista, y todo son buenas intenciones, seguro que a la larga nos hacemos adictos a esa sensación de sentirnos siempre halagados y queridos. Sin embargo, no estaría de más hacernos la siguiente pregunta. ¿De verdad conocemos realmente a esa persona?... Por ello, en una primer etapa de la relación, es más que recomendable hablar de
cómo se sienten, qué les gusta y qué les disgusta de la otra persona, e incluso que les gustaría que cambiara de su pareja. ¡Recuerden que un enfado no viene mal de vez en cuando! Y que eso les ayudará a liberar tensiones, y si después llegan a buen puerto, la relación continuará más fortalecida.
¿Y qué hacemos tras la ruptura?
Cuando rompemos con nuestra pareja tenemos una sensación de abandono total. Sentimos que no nos quiere nadie y que vamos a estar solos en nuestras vidas. Pero nada más lejos de la realidad. Nada más sentimos una “dependencia emocional”.
Es decir, simplemente echamos de menos esa sensación de sentirnos amados por otra persona. En definitiva, el amor es una especie de droga, y con el tiempo nos acostumbraremos a estar sin ella. Aprovecha este momento para mirar hacia delante, apoyarte en las personas que realmente te importan, y seguro que pasados unos meses recuerdarás a esa persona simplemente como una persona especial en una etapa ya cerrada de tu vida.
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