El orden y el desorden
Muchas personas disfrutan del orden lógico de las cosas dentro de una habitación, por orden lógico se entiende todo organizado por tamaño, color o en algún lugar preestablecido en cualquier habitación o lugar, si está algo “fuera del sitio” pueden molestarse o causarles malestar emocional o físico (en casos más extremos).
En el otro lado del espectro se encuentran las personas desordenadas, aquellas a quienes realmente no les parece relevante realizar o mantener las cosas organizadas, no necesariamente significa que está todo sucio aunque muchas veces está implícito; el desorden puede tener origen tanto en la falta de tiempo como en la falta de ganas o que, simplemente, se considera que existen cosas más importantes que organizar todo de determinada forma (común en artistas y bohemios).
Ahora la gran pregunta es ¿sólo existen estas dos realidades? La verdad es que existen ironías dentro de estos dos grupos y conceptos que se deben tener bien en claro, lo cuales han generado ciertos problemas y confusiones a lo largo de la vida moderna humana.
Precisando el concepto de órden
Se puede decir que el orden no sigue un patrón determinado, no existe una fórmula exacta con la cuál evaluar si una habitación se encuentra ordenada o no (y aquí probablemente uno que otro diga que sí se puede);
el orden se define como todo aquello que funciona de determinada manera o la organización de elementos en determinado espacio, realizado por un individuo inteligente.
Así que ya que el concepto no entra en más detalles se puede presumir que si una serie de libros no se encuentran organizados en orden alfabético sino, por el nivel de significado que tiene para el dueño de los mismos, no están desordenados sino que estos poseen un orden distinto.
¿Cuántas personas conocen que afirman que son desordenados pero que consiguen todo dentro del desorden? O, por el otro lado, ¿cuántas personas conocen que son organizadas, organizan todo de forma meticulosa, y sin embargo tardan en conseguir las cosas?, varios ¿cierto?Resulta que existe en realidad una variante del desorden llamada “desorden ortodoxo” o “desorden ordenado”, donde aunque aparentemente todo se encuentra, para el ojo común, desordenado, el encargado de ese sistema puede encontrar absolutamente cualquier cosa – o la mayoría de ellas - sin esforzar o perder tiempo; sin embargo, si un tercero intercede y decide “organizar todo”, serán incapaces de encontrar cualquier cosa porque verán su “orden alterado”.
Orden no es lo mismo, y no tener las cosas clasificadas por colores o los libros en la biblioteca (o la ropa en el closet), no significa precisamente que haya una ausencia de orden, sólo un orden distinto, así como tener todo en espacios determinados y organizado siguiendo cierto patrón o sistema rígido no implica que exista un orden.
Cada ser humano es diferente, con distintas prioridades y modos de ver la vida, por lo tanto lo que funciona y es necesidad para uno no implica, obligatoriamente, que entre dentro del modus vivendi de otros. Por lo que nunca está demás ejercer la tolerancia y el respeto para con los que "se organizan" de una manera distinta.
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