Dime qué te molesta y te diré qué tienes que cambiar
Solemos pensar que son los demás los que nos causan emociones negativas, como el enojo, el odio, la frustración, el dolor…. Pero la realidad es que muchas veces nadie nos hace daño, somos nosotros mismos los que nos hacemos daño.
Cuando algo te molesta, es que hay algo interior que mejorar. Reflexiona cuando sientas un malestar que pienses que otro te lo ha producido. Indaga en tu opinión sobre lo que te han dicho, probablemente veas lo crítico que eres contigo mismo.
Por ejemplo, piensa en esas zonas de tu cara o cuerpo que te gustan, si alguien te dice cualquier cosa negativa sobre partes que te gustan, no te causará ningún efecto negativo. Es obvio, porque a ti te gustan esas partes y le das más credibilidad a tu opinión interior que a lo que te digan.
En cambio, como te digan algo sobre una zona de ti que no te gusta, seguramente tengas una emoción negativa. Entonces, no es el otro el que te hace daño, eres tú mismo que, como no tenías una opinión buena sobre esas zonas de tu cuerpo, que te has molestado, y esto debido a que la opinión de otro coincide con tus creencias.
La verdad es que, si te molesta algo es que alguien ha despertado esas opiniones negativas que tienes sobre tí mismo, que quizá las tenías escondidas para evitarlas, pero si alguien te las menciona te hace daño.
ACÉPTATE TAL CUAL ERES, SÉ CONSCIENTE TANTO DE LO BUENO COMO DE LO MALO
Muchas personas, creen que centrándose en sus virtudes y olvidándose de los defectos, mejorarán su autoestima. Eso en realidad es evitación de lo negativo. Lo que se evita y no se reflexiona y acepta, quedará por dentro escondido, pero cualquier día alguien nos puede atacar ahí, en el punto débil no aceptado.
Está bien que potenciemos nuestra parte buena y dejemos de lado la parte menos buena, pero dejar de lado no significa olvidarla y enterrarla. La parte negativa que todos tenemos debe ser aceptada o tendrás debilidad emocional.
Es mejor dejarla a un lado, pero aceptada, de manera que nos digan lo que nos digan, no hará daño porque tendremos una opinión tan bien formada de todo nuestro ser que prevalecerá sobre la de los demás.
La aceptación personal en todos sus ámbitos es de vital importancia para la paz interior. Casi todos los problemas emocionales y de autoestima son causados por falta de aceptación propia.
TODOS TENEMOS NUESTRAS VIRTUDES Y DEFECTOS
Una creencia errónea es la de pensar que todo debe ser virtud. Todos tenemos virtudes y defectos, nadie se escapa. Somos humanos imperfectos, pero cada cual enseña la faceta que más le gusta.
Si aprendes a aceptar eso, no te castigarás por tus defectos. Acéptalos como partes que todos tenemos y disfruta de lo positivo de ti.
La próxima vez que alguien te produzca malestar, acuérdate que las emociones negativas nos las producimos nosotros mismos con nuestros pensamientos y reflexiona, cuando algo te molesta, es que hay algo que cambiar o aceptar.
¿TE AFECTAN LAS CRÍTICAS?
Cambiando de ejemplo, imagina que tienes 40 años y todavía vives con tus padres. Te gustaría independizarte pero las cosas no te van bien económicamente y no lo ves posible. Si tus padres te dicen “no te vas a independizar en la vida, y menos con esta crisis que está cayendo que nadie encuentra trabajo”. Si esa persona se molesta y ese comentario le sienta fatal, se enfada y siente emociones negativas en su interior, será debido a que la opinión interior que tiene sobre esa situación es igual a la de sus padres.
En realidad nadie le ha atacado con esa crítica, es uno mismo, quien con sus opiniones interiores produce los malestares.
Imaginemos que esa persona que ha recibido ese comentario de sus padres, opinara que seguro encontrará trabajo y en poco tiempo podrá irse de casa, ¿Ese comentario le hubiera producido enfado y malestar? Probablemente no, porque interiormente no opina igual que sus padres, así que ese comentario le entrará por un oído y le saldrá por el otro.
Si somos capaces de entender esto, nuestra vida dará un giro. Nadie nos hace daño, nadie nos enfada, somos nosotros mismos, todo está en nuestra mente y en nuestras opiniones interiores.
Así que confía en ti, en la vida, en la suerte, en tus capacidades. Quiérete, y sobretodo, acéptate con tus cosas buenas y malas.
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