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General: INNOVADORES: OSCAR NIEMEYER
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De: Ross-Dafne (Missatge original) |
Enviat: 09/11/2013 13:33 |
Arquitectura que mira el siglo XXI
De un trazo nace la arquitectura
Oscar Niemeyer
El
Arquitecto supo transformar la dureza de líneas de la arquitectura
moderna en curvas libres y sensuales que evocan ritmos y balanceos
cálidos y acariciadores. Por eso su arquitectura está cargada de vida y
de energía y serpentea libremente por los caminos de la intuición
creadora, por las formas libres y orgánicas ajenas a cualquier dogma.
“Yo
busco dar emoción, una emoción para todos. Mi arquitectura es fácil de
entender. Y de disfrutar. Confío en que también sea difícil de olvidar.”

«De
un trazo nace la arquitectura…» un trazo guiado con naturalidad y
aparente sencillez por el maestro es capaz de crear un universo de
formas ondulantes y sinuosas que transformarán el hormigón en un
material dúctil, fácilmente adaptable a sus pensamientos y emociones.
Oscar Niemeyer supo transformar la dureza de líneas de la arquitectura
moderna en curvas libres y sensuales que evocaron ritmos y balanceos
cálidos y acariciadores. Por eso su arquitectura está cargada de vida y
de energía y serpentea libremente por los caminos de la intuición
creadora, por las formas libres y orgánicas ajenas a cualquier dogma.

El
afirmó en varias ocasiones que la arquitectura no es lo más importante,
sino que «lo importante es la vida, la gente; abrazar a otros, vivir en
paz». Quizás sea por eso por lo que su arquitectura, que nos abraza y
nos acoge, precisamente resulta tan importante y trascendente.
Oscar
Ribeiro de Almeida de Niemeyer Soares nació en Río de Janeiro el 15 de
diciembre de 1907. Las casi ocho décadas que dedicó con pasión e
imparable intensidad la arquitectura y a la vida lo convierten en
testigo y protagonista de la evolución de un siglo, el xx, que recorre y
supera y proyecta al futuro con una vida intensa y de fuerte compromiso
político social y cultural. Su personalidad permanecerá siempre ligada a
una ciudad, Brasilia, destinada a ser una de las míticas urbes
contemporáneas.

La
realización de Brasilia resulta del encuentro y amistad con el
Presidente brasileño Juscelino Kubitschek, que él había encargado
previamente la realización del conjunto recreativo del lago de Pampulha,
y que decidió trasladar el centro del poder de Brasil desde Río de
Janeiro hacia el interior del país. Durante más de mil días de intenso
trabajo, unos sesentas mil trabajadores, lo llamados “pioneros” o “candongos”,
fueron guiados por Lucio Costa y Oscar Niemeyer para construir una
ciudad desde la nada. Allí se realizó una ingente obra moderna y
llamativa, pero indiscutiblemente brasileña, que ha marcado un hito en
la arquitectura contemporánea. El 21 de abril de 1960 se inauguraba este
milagro de hormigón surgido “en el fin del mundo”, como dijo el propio
Niemeyer.
Un
cierto aire de soledad metafísica y de monumentalidad atemporal emana
de los volúmenes levantados por Niemeyer en Brasilia, tanto en los
rectos y prismáticos edificios residenciales y los palacios
administrativos, como de los alabeados y expresionistas de edificios
simbólicos, como en la Catedral Metropolitana. La extensa e
inquietantemente vacía Explanada de los Ministerios aparece surcada en
vertical por los rígidos bloques prismáticos del Congreso Nacional,
poéticamente enredados entre nubes barrocas. Pero las curvas vencer en
las inmensas cúpulas blancas del Congreso y se repiten en los ritmos
serpenteantes de sus rampas, como la escalera curva del Palacio de
Itamaraty.

La
ejecución del Centro Cívico de Brasilia convierte a Oscar Niemeyer en
un experto en la realización de impresionantes museos y centros de arte
que contribuye poderosamente a reactivar el lugar donde se emplazan.
Así, Niemeyer posiblemente contribuirán decisivamente a conjurar los
fantasmas de la reconversión industrial en la ciudad asturiana de Avilés
con el reciente Centro Cultural Internacional que lleva su nombre,
cuyos planos generosamente regaló al principado de Asturias Niemeyer, de
abrumadora vitalidad, fue uno de los arquitectos más prolíficos del
mundo, con más de mil proyectos diseñados para Brasil y otros países
europeos, americanos, africanos… Su legado es inmenso en cantidad y
calidad.

La
Casa de las Canoas en Río, la iglesia San Francisco de Asís en
Pampulha, la sede del partido comunista en Francia, el Volcán en El
Havre, el Museo y el Teatro de Niteroi, en Brasilia, el Museo de
Curitiba, el Memorial de Latinoamérica en Sao Paulo, son sólo algunos de
los hitos de este arquitecto que se asoma a su terraza en Río de
Janeiro no sólo para soñar con el horizonte azulado del océano, sino
también para recrearse con la belleza sensual de las mujeres que
concurren a la playa de Ipanema pero todo este copioso caudal creativo,
todo los méritos y premios recibidos son pasmosamente sintetizados
cuando el mismo maestro afirmaba de sí mismo con proberbial sencillez:
«Yo busco dar emoción, una emoción para todos. Mi arquitectura es fácil
de entender. Y de disfrutar. Confío en que también sea difícil de
olvidar»
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De: Bapita |
Enviat: 09/11/2013 18:49 |
Un gran mensaje, Laura...
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De: Amaly |
Enviat: 10/11/2013 08:41 |
Bastante innovador si que lo es.
Muy interesante su estilo
pero yo sigo prefiriendo el clásico.
Soy algo barroca y si acaso modernista.
Para excéntrico prefiero a Gaudí.
Ese parque Güell es una maravilla.
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