¿Por qué nos gustan diferentes tipos de música?
La música es considerada por muchos como el alimento del alma, puede transportarnos y estimular distintos tipos de estados de ánimo, mientras que para otros es un complejo reflejo de la personalidad de cada individuo. El género musical rompe con cualquier barrera cultural, económica, social y geográfica. Siendo un gusto más subjetivo que realmente impuesto por una industria.
Aunque muchas personas muestran preferencia por un género musical en particular (por ejemplo el rock, pop, indie, clásica, salsa, entre otras), no son exclusivos seguidores del mismo, pudiéndose encontrar en su colección de discos uno de la agrupación KISS junto con uno de Belanova, por citar un ejemplo.
Estudios sobre los gustos musicales
Muchas universidades y profesores han estudiado, con el paso de los años, qué determina los gustos musicales. Así, por ejemplo, se ha visto que entre miembros de una misma familia (incluso hermanos), estos gustos pueden variar significativamente, siendo incluso polos opuestos bastante similares al agua y el aceite (por ejemplo, música trance vs. vallenato).
A pesar de que se ha descubierto que ciertas características de la personalidad van ligadas directamente a ciertos tipos de música, se tendría que conservar exactamente el mismo gusto exclusivo por un género musical durante toda la vida para que estos estudios tengan teorías válidas, ya que han asociado, por ejemplo, el reggae con personas de alta autoestima, creativos, no muy trabajadores, dóciles, extrovertidos y relajados; la música clásica, con personalidades de alta autoestima, creativos e introvertidos; y a la música pop con personalidades de alta autoestima, no creativos pero muy trabajadores, dóciles y extrovertidos. La experiencia cotidiana nos dicce que estos parámetos no se cumplen en todos los casos.
La música y el estado de ánimo
También se encuentra la variante del estado de ánimo: es típico que dependiendo de cómo se encuentre la salud emocional se escuche un tipo de música u otro. ¿Cuántos de ustedes han escuchado canciones depresivas, emocionalmente desgarradoras y que hablan de rompimientos al acabar una relación? Y ¿cuántos escuchan música alegre que invita a bailar y dar saltos por todos lados al tener un muy buen día?
La música, además de un arte, es una sensación, que condensa, en 4 minutos aproximados de sonidos compuestos, todo aquello que sentimos, pero ¿sabían que la música también puede cambiar el estado de ánimo y hasta mejorar la salud? Pues sí, es un hecho que la música, gracias a los distintos tipos de pulsaciones que emite y frecuencias de sonido, influye directamente en el sistema circulatorio y en el sistema nervioso central, pudiéndonos llevar rápidamente de un estado de ánimo a otro.
Por ejemplo, en días estresantes y de alta carga emocional, se recomienda escuchar música instrumental o relajante, ya que ayudan a bajar la frecuencia cardíaca, normalizando la tensión y colocando la mente en blanco. Por el contrario, una buena dosis de rock puede aportar energía suficiente cuando el estado de ánimo roza la apatía, ya que aumenta las pulsaciones cardíacas gracias a la percusión y la velocidad de los ritmos.
En definitiva, la música siempre debe estar presente en la vida de cada ser humano, ya que inclusive la misma naturaleza está plagada de melodías propias para nuestro deleite y para fortalecer nuestro espíritu, mente y cuerpo, sin importar que tan diferente sean.
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