Cuando en 1985, Pedro Pacheco dijo asi como quien no quiere la cosa, que la Justicia era un cachondeo, se armó un gran revuelo y marcó un hito impertinente en aquella España convulsa (no mas convulsa que hoy). Dijo lo que parecía tabú decir y sin embargo hoy, después de 28 años y muchos muchos legajos que hablan de corrupción, fraudes, robos, desfalcos, prevaricaciones y tantos y tantos delitos propios de políticos y de gentuza que prostituye la política en beneficio propio, ya parece inocente la frasecita del entonces alcalde de Jerez
.
Hoy , al conocer desolados la sentencia para el caso Malaya, muchos sufridores y esta mosca entre ellos, estamos en condición de afirmar desolados que la justicia española no es un cachondeo, es UNA VERGüENZA:
Diez años de marear la perdiz, de vueltas y vueltas, de legajos y exhortos, mas de cinco mil folios de instrucción que quedan en nada: paja que nadie lee y que no hace sino justificar que la justicia no es ciega, que mira hacia el poder económico e interviene para dilatar y diluir en el tiempo las culpas y buscar vericuetos legales para liberar a sus protegidos de su peso, mientras que a pobres desgraciados que somos la mayoría, sufrimos la losa por delitos nada comparables...
Esta sentencia continúa el camino y confirma lo que pasará en el futuro con los actuales casos Gurtel, Noos, Barcenas, eres ( hoy mismo añade varios imputados mas a su larga colección... para quedar en nada).
Todos los políticos corruptos imputados se irán librando y saldrán de rositas, si acaso devolviendo en forma de fianza mucho menos de lo que se han llevado.
Y si algún juez se le ocurre ser justo, se le quita de en medio y punto...
El pueblo ya no puede confiar en sus políticos ni en la justicia que los pare en vez de ampararlos, ni en las urnas que le den su merecido.
¿En qué confiar entonces?
¿Qué o quién nos liberará de esta catástrofe inmoral?