Defender tus capacidades frente al paso del tiempo
Empecemos imaginando que el cerebro es un músculo. Un músculo maravilloso y lleno de potencial que necesita ser ejercitado, que cuanto más lo usemos para diferentes acciones, más resistente y en mejor estado se mantendrá ante el paso del tiempo. La analogía es sencilla.
Nuestro cerebro es pues un órgano multidisciplinar y tremendamente plástico que capta toda clase de estímulos, que procesa todo tipo de informaciones.... esta actividad continua le permite mantenerse activo y hacerse fuerte, avanzar por el paso de los años en un estado adecuado para hacer frente a determinadas enfermedades, desarrollando eso conocido como “reserva cognitiva” ¿Te gustaría pues mantenerla en un nivel óptimo para tu salud física y psíquica? Adelante.
RESERVA COGNITIVA, PROTECTORA DE NUESTRO CEREBRO
La reserva cognitiva es la capacidad que poseemos los seres humanos para hacer frente al deterioro que podemos sufrir frente a determinadas enfermedades, la vejez incluida, y también para demostrar nuestra agilidad mental y habilidad en procesos cognitivos tales como la resolución de problemas, la memoria, la innovación, el razonamiento, la imaginación... etc.
Existen casos clínicos en los que tras el fallecimiento de una persona, y sólo después de la autopsia, se decubre que sufría una enfermedad cerebral determinada, una enfermedad grave que extrañamente jamás se intuyó en vida.
Esto nos demuestra la capacidad y la plasticidad que tiene el cerebro para encontrar nuevas rutas con las que suplir un déficit, pongamos por caso personas que habiendo sido diagnosticadas con Alzheimer, tardan mucho más en evidenciar la enfermedad debido a su “reserva cognitiva”, a esas estructuras que se han desarrollado más de lo normal para capacitarlo y hacerlo fuerte frente al progresivo desgaste neuronal, frente al terrible olvido...
Disponer de una buena carga experimental, el haber mantenido una vida activa intelectualmente, el interesarse por las cosas, disponer de una mente abierta, ejercitada y curiosa, hace que creemos continuas conexiones neuronales, que a su vez crean nuevos caminos, nuevas estructuras con las que hacer de este fabuloso órgano llamando cerebro, un músculo de gran fortaleza.
CONSEGUIR UNA ALTA RESERVA COGNITIVA
Bien es cierto que la reserva cognitiva está a menudo asociada a factores genéticos y ambientales, el disponer de un contexto facilitador que nos ayude a desarrollar nuestras capacidades cognitivas, a encontrar nuevos estímulos, a mantener vivo nuestro interés por aprender, por experimentar... Podríamos decir entonces que las bases que determinan una buena reserva cognitiva serían las siguientes:
- Propiedades anatomofuncionales del cerebro.
- Capacidad intelectual, duración y calidad de la educación recibida.
- Desempeño profesional o laboral que hayamos tenido en nuestra vida.
- Actividades de ocio, intereses personales, las relaciones sociales...
La reserva cognitiva es pues el resultado de un proceso que se inicia en las primeras etapas de nuestra vida, y que continua a lo largo de la misma, es una capacidad que puede y debe ser estimulada a lo largo del tiempo en nuestro propio beneficio. Mantener una visión curiosa, hacernos preguntas, leer, tener un buen circulo de amigos con los que dialogar e intercambiar ideas, sentir emociones, ilusionarnos, emprender proyectos, potenciar otras habilidades como la música, la pintura, la escritura...
Todo ello hace que nuestra reserva cognitiva vaya estableciendo nuevas conexiones neuronales, construyendo nuevas estructuras y definiendo un cerebro más fuerte y sano, que hará frente a posibles enfermedades del futuro, que nos ayudará a estar en buen estado para seguir siendo felices en nuestra vejez. De tí depende.
Así que plantéate ahora la pregunta ¿Qué tal vas de reserva cognitiva?