¿Existe el inconsciente colectivo?
Vamos a empezar poniendo un ejemplo: cuando éramos pequeños todos aprendimos a ir en bicicleta, después de un tiempo ni siquiera nos deteníamos a pensar qué debíamos hacer para mantener el equilibrio y pedalear sin caer al suelo. Nuestro cerebro y nuestros músculos han almacenado esa información para automizarla, guardada en un rincón de nuestras estructuras cerebrales donde se hayan esos aprendizajes sobre los que no volvemos a fijarnos.
Los expertos hablan del inconsciente colectivo como algo “innato al ser humano” un tipo de almacén experiencial que todos poseemos por igual como especie, algo similar a una “biblioteca universal”… desde luego es difícil de entender e incluso de aceptar, pero es sin duda una idea que no está exenta de cierta belleza: todas las personas tenemos un mismo legado que nos hace únicos, algo que reside en una parte de nuestro cerebro como un pequeño baúl que, aunque no recordemos, está ahí.
EL INCONSCIENTE COLECTIVO Y LOS SUEÑOS
Fue Carl Jung quien acuñó este este término en base a su larga experiencia en psiquiatría. Para él, en nuestro cerebro, en nuestra mente, existen unos conceptos llamados “arquetipos”, son como las dimensiones básicas de la humanidad: el amor, el miedo, la integridad, el ser… Dimensiones esenciales que todos sentimos y padecemos por igual, algo innato que adquirimos nada más nacer y que a la vez heredamos de nuestros progenitores, y que estos a su vez han heredado de los suyos. Y ahora la pregunta es ¿Y cómo accedemos a ellos, cómo los recordamos? Es como recordar por qué sabemos ir en bicicleta, o cómo nos mantenemos a flote cuando nadamos.
Según Jung un modo de llegar a ellos es mediante los sueños, de ahí que muchas de sus investigaciones se centraran en el campo de lo onírico, instante en que, según él, las personas tenemos acceso a ese inconsciente que todos compartimos.
¿EXISTE REALMENTE EL INCONSCIENTE COLECTIVO?
Para aceptar la existencia del inconsciente colectivo deberíamos empezar a creer que la vida, el universo entero es como una materia viva. Samuel Batler afirmó por ejemplo que toda forma de vida tiene una memoria inconsciente, afirmando incluso que los propios átomos la tienen.
Todo esto vendría a demostrarnos que cuando nacemos llegamos a este mundo con una especie de memoria base heredada genéticamente desde el origen del ser humano, algo con lo que hemos ido evolucionando generación tras generación guardando de modo inconsciente en nuestra memoria.
Todos sentimos las mismas pulsiones: amor, ira, rabia, miedo… son emociones muy fuertes que se instalan en nuestro cuerpo y el organismo, es algo que todos sabemos reconocer. Existen por ejemplo tipos de miedo que muchos compartimos por igual: el miedo a la oscuridad, seguramente por un instinto básico de supervivencia, el no poder defendernos… Según Jung el ser humano suele tener sueños muy similares, imágenes que solo ascienden durante ese instante en que estamos sumidos por el mundo onírico donde se perfilan situaciones, visiones y experiencias que no sabemos muy bien cómo explicar, pero que a su vez, suelen repetirse en otras personas y en culturas diferentes.
Tal vez no sea más que una quimera de un psiquiatra de línea freudiana, o tal vez sea cierto eso de que todos compartimos una “biblioteca de la sabiduría” en común. ¿Estás de acuerdo?