Haz de mi una bendición, señor.
Ayúdame a ayudar a los que necesitan ayuda,
a ser una bendición para mis semejantes.
Enséñame cuando hablar y cuando callar,
cuando ser osado al dar, y cuando contenerme.
Si no tengo fortaleza suficiente,
entonces dame fortaleza.
Señor, hazme duro con mi propio ser,
pero tierno con todos los demás.
Deja que se derrame sobre mí la dulzura.
(de la red)