¿Cómo hacer la mejor elección?
Si hay algo que, frecuentemente, hacemos en nuestra vida es elegir. Estamos constantemente decidiendo. Qué comer, qué ponernos, dónde ir, qué estudiar, con qué empleo quedarnos. Siempre estamos tomando decisiones, unas más simples, y otras más complejas. Unas con menos y otras con más repercusión en el devenir de nuestra vida.
Cuando escogemos una opción en detrimento de otra, no siempre conseguimos sentirnos satisfechos con nuestra elección, ni todas las personas responden y se enfrentan de la misma manera a esa situación. Así, el psicólogo, Barry Schwartz, distingue entre maximizadores y optimizadores.
Los maximizadores invierten mucho tiempo y dedicación en la elección. Necesitan consultarlo todo antes de tomar una decisión, que ha de ser la mejor. En esa búsqueda por la perfección, estudian, analizan y comparan todas las posibilidades que están al alcance de su mano. Esto que, a priori, pudiera resultar positivo, sin embargo, provoca en estas personas sentimientos de frustación y ansiedad innecesarias. ¿Por qué? Porque los maximizadores siempre van a pensar que, a pesar de la decisión tomada, siempre habrá algo mejor que lo elegido.
Para lo optimizadores, sin embargo, la mejor elección es la que hacen en ese momento. Una vez tomada la decisión, no le dan más vueltas a la cabeza, ni comparan, ni se preocupan en pensar si otra decisión hubiese sido más acertada. Invierten menos tiempo y, no es que tomen las decisiones a la ligera, sino que cuando lo hacen se sienten satisfechos con la elección realizada.
FRUSTRACIÓN VERSUS SATISFACCIÓN
¿Qué es lo más acertado? ¿Quién se siente más felíz?
Cuando una persona busca constantemente lo mejor y nunca cree tenerlo, ésto le genera sentimientos de preocupación, estrés o ansiedad. En este perfil encajaría el maximizador. Sin embargo, el optimizador elige y se siente bien. No quiere decir que esa sea la elección más acertada, pero sí la más adecuada para sus pretensiones y necesidades en ese momento.
¿Qué es mejor ser optimizador o maximizador? Esa elección depende de cada persona.
Lo importante es ser honestos con nosotros mismos y decidir en función de nuestras prioridades y necesidades. Una vez tomada la decisión, hay que aprender y estar preparado para asumir las consecuencias.
Dice Robert Kyosaki que “en la vida no existe una respuesta correcta o equivocada. Tendemos a hacer elecciones y cada elección tiene una consecuencia.
Si no nos gusta nuestra elección y su consecuencia, entonces debemos buscar una nueva elección y una nueva consecuencia”. Pensemos, por instante, hasta dónde tiene razón. .