LA SOLEA DEL RECUERDO
Sé que me voy a perder
y ya sé que estoy perdido,
y solamente me pesa
que no te pierdas conmigo.
Voy como si fuera preso
detrás camina mi sombra,
delante mi pensamiento .
Es tanta la confusión
que oculto dentro del pecho,
que ya no sé mis pesares
distinguir de los ajenos.
Por eso cuando te pones
a contarme tus fatigas,
digo para mis adentros:
«¿pues no son esas las mías?»
Para ver si se dormían,
encerré en mi corazón
de mis penas las mejores,
y mal la prueba salió.