Nuestra mente modifica los recuerdos
Cuando presenciamos un acontecimiento o tratamos de recordar algo del pasado, creemos que estamos narrando las cosas tal y como sucedieron, pero lo cierto es que habitualmente, la mente modifica los recuerdos.
Si ponemos a un grupo de personas a observar un suceso, ninguna explicará las cosas exactas. La mente no funciona como un grabador de vídeo en el que queda plasmada la realidad, sino que es mucho más compleja y entran en juego nuestra capacidad de interpretar, creencias, miedos, valores, estado de ánimo, etc..
VEMOS SUCESOS PASADOS DEPENDIENDO DEL ESTADO DE ÁNIMO PRESENTE
Si pedimos a una mujer casada que nos cuente cómo fue el día de su boda,
mezclará el estado de ánimo del presente para narrar el pasado. Si ahora sigue feliz con su marido contará el momento del enlace como un día de ensueño y maravilloso, cuando a lo mejor ese día no fue tan bueno debido a los nervios, pero la mente lo verá así por el estado de felicidad en el que se encuentra en el presente.
En cambio si la mujer casada en el momento presente pasa por un mal momento o incluso está separada, recordará el día de su boda de una manera menos feliz, minimizará los momentos buenos y tratará de buscar lo negativo del día del enlace.
También si a una persona que ahora está satisfecha con su trabajo, le preguntamos cómo fue su pasado laboral, probablemente le quitará hierro a lo negativo, lo verá desde una perspectiva positiva y sacará los momentos buenos del pasado laboral, en cambio si ahora la persona pasa por un mal momento y lleva tiempo en paro, podría resumir su pasado laboral como nefasto y sufridor.
La mente modifica los recuerdos en base al presente, trata de hacer que todo encaje y quede acorde con el momento actual. La parte de la mente encargada de editar esa información entrante se llama hipocampo.
CUANTO MENOS IMPLICACIÓN EMOCIONAL, MÁS REALISTA
¿Cuántas veces hemos querido saber la opinión de alguien ajeno a nuestra familia para ver cuál era su percepción de las cosas? A menudo muchas personas que pasan por problemas familiares, son conscientes de que
cuando entran en juego sentimientos y apegos, no vemos las cosas como realmente son, en cambio alguien que ve las cosas desde fuera, podría ser más realista.
También la gran mayoría, hemos tenido alguna amistad o conocido que no veía la realidad de las cosas y por mucho que le hemos aconsejado, hemos visto que debido al estado de “ceguera” que produce el enamoramiento, no nos hacía caso o incluso se podía enfadar por nuestra forma realista de ver las cosas.
La interpretación de los sucesos se puede ver muy modificada si hay sentimientos vinculados.
LA MENTE PUEDE LLEGAR A CONFUNDIR ESCENAS INVENTADAS CON LA REALIDAD
El tipo de personalidad influye de una manera determinante a la hora de construir recuerdos. Se puede llegar a confundir lo real de lo inventado. Sería el caso de personas altamente soñadoras, ante un suceso agradable pueden llegar a exagerar lo que pasó e inventar pequeños matices que hagan aún más bonito el recuerdo.
La persona no es consciente de que está mintiendo, sino que de forma natural tiende a “adornar” los sucesos de manera que en la mente quedan grabados con las imágenes nuevas implantadas.También podría suceder al revés, ante un suceso negativo, una personalidad altamente temerosa y pesimista, exagerar en negativo lo sucedido y grabar en el recuerdo sucesos que nunca sucedieron.
En personalidades de un alto instinto de protección, podría suceder que ante un suceso traumatizante quisieran borrar partes que de ser recordadas les dañarían en exceso, por ello
como una manera de protección, la mente edita el suceso y trata de hacerlo menos traumatizante.
EL PODER DE LAS PREGUNTAS SUGESTIVAS
No sólo nuestra mente puede manipular los recuerdos, además si nos someten a preguntas sugestivas corremos el riesgo de que la narración de un suceso sea distorsionado. Por ello en procesos penales están prohibidas las preguntas que manipulen al interrogado.
No es lo mismo preguntarle a alguien, "cuéntame qué sucedió exactamente" que dar por supuesto un suceso.
Ejemplo de pregunta sugestiva: “cuando te colaste en el concierto, ¿sabías que a esa hora no estaba la vigilancia?”, este tipo de pregunta ya está narrando cómo sucedieron los hechos, podría ser que no hubiera sucedido así, que la persona en vez de colarse intencionadamente tuviera otra explicación, pero al formularle la pregunta de esa manera ya elaborada, podría pasar por alto el detalle y contestar lo que sucedió acto seguido, dejando al afirmación que hay en la pregunta como válida.
Las preguntas que manipulan son las que dan una información esperando a ser validada, como: “¿verdad que usted estaba muy asustado”? , esta pregunta presiona para que todo sea tan simple como decir que sí. La pregunta que no intentaría manipular y dejaría total libertad de expresión sería: “¿cómo se sentía usted?”,
es una pregunta que no da información y deja que el otro se exprese sin presiones.Cuántas personas se quejan de que los psicólogos no las ayudan a aclararse, que les hacen preguntas difíciles de responder.
La explicación estaría en que no quieren manipular las respuestas, muchas personas preferirían que les facilitaran las respuestas, pero dar ideas lo que puede ocasionar es que el cliente no responda con la verdad que lleva dentro, sino que dejaría que se editaran sus respuestas.