No dejes escapar la magia de cada instante
¿Cuántos momentos únicos e irrepetibles se nos escapan día a día? ¿Cuántas veces habrá pasado la magia de la vida por delante de nuestras narices sin alcanzar nosotros a percibirla por estar inmersos en un sinfín de problemas o preocupaciones?
A continuación compartimos algunas acciones que pueden ayudarnos a des-complicar nuestra vida para así lograr captar lo que cada instante de la existencia tiene para brindarnos.
• Ser más flexible.
Difícilmente la vida marche de acuerdo a nuestro propio ritmo. Únicamente con flexibilidad y tratando de adaptarse a las distintas situaciones de la vida es que conseguiremos sobrellevar los obstáculos que se nos presenten y aun así conservar nuestra serenidad.
Una hoja de grama se dobla bajo el peso del pie y luego se levanta sin daños, pero una rama dura se quebrará. Muchas veces deberemos fluir con la corriente y cambiar nuestro rumbo. Ten en cuenta que existen muchas formas de hacer una misma cosa y es enriquecedor dejar por momentos de lado nuestro propio punto de vista para aprender algo nuevo y atrevernos a nuevas experiencias.
• Reírse más a menudo.
Si hace tiempo que estás con cara larga, recuerda que, como dicen, la risa es remedio infalible. Cuando te ríes, se mueven muchos músculos de tu cara, pero también se procesan dentro de ti muchos otros beneficios a nivel físico y psicológico. Cuando logres hacer de la risa un hábito te sentirás mucho mejor. Así que busca crear situaciones favorables que te levanten el ánimo y encuentra motivos para reír y divertirte. Y algo muy importante: no te tomes nada tan en serio y aprende a reírte, sobre todo, de ti mismo(a).
• Aceptar a cada quien como es.
La gente puede cambiar, pero solo lo hará cuando tome consciencia de sus errores y decida hacerlo por propia voluntad. No podemos modificar a los demás a nuestro antojo. Intentarlo sería una empresa casi inútil y desgastante que consumiría nuestra energía, un precioso recurso que necesitamos para mejorar nuestra propia vida. Seguramente tienes otros intereses de los cuales ocuparte, así que, ¿por qué mejor no disfrutar de aquello que te hace bien y respetar el derecho de cada quien a ser como quiera?
• Prestar atención a los gastos.
¿Sorprendido(a) por este punto? Curiosamente, para muchas personas, una de las mayores fuentes de estrés en la actualidad es tener la sensación de estar en deuda constante. Lo más adecuado sería tener un ahorro para imprevistos, pagar las deudas y gastar solo lo que esté dentro de nuestro presupuesto. Para ello es necesario aprender a diferenciar claramente entre nuestras necesidades y nuestros deseos. Piensa en esto: ¿Vale la pena endeudarse más allá de nuestras posibilidades persiguiendo un confort y supuesta felicidad que el sistema nos ofrece a través de tantos bienes materiales? ¿Cuántas de las cosas que compramos necesitamos realmente? Sin duda, se trata de algo para reflexionar.
• No preocuparse por aquello que aún no sucedió.
No podemos modificar el pasado por mucho que nos preocupemos y lo intentemos, ni tampoco podemos adelantarnos al futuro con nuestra preocupación. Por ejemplo, si bien es comprensible y natural preocuparse ante un examen médico o una intervención quirúrgica, nada podemos cambiar con nuestra ansiedad. Por el contrario, una actitud más calma y apacible hará que nuestro organismo funcione correctamente y favorezca los procesos curativos. ¿Para qué preocuparnos por algo que todavía no ocurrió y que quizás nunca llegue a suceder? Reflexionemos: La mayoría de las cosas por las que nos hemos preocupado jamás pasaron…
Si intentas poner en práctica estos puntos, poco a poco dejarás de preocuparte por tantas cosas, podrás simplificar tu vida en forma considerable y, algo muy hermoso: comenzarás a descubrir la magia que cada momento de la vida guarda para entregarte.
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