Jesús descansó el sábado en Betania.
A la mañana siguiente salió hacia Jerusalén
y empezó a subir la ladera este del monte de los Olivos. Cerca de allí estaba la aldea de Betfagé, Jesús mandó que le trajeran un pollino.
Aparejaron el animal con sus mantos y montó sobre él. La gente que subía a la fiesta de la Pascua empezó a vitorear:
-¡Hossana al Hijo de David!
Muchos se quitaban los mantos y los extendían en el camino por donde pasaba Jesús; otros cortaban ramas de olivo, las esparcían a su paso. Cuando apareció a la vista Jesús y empezaron a descender, creció el griterío:
-¡Bendito el Rey que viene en nombre del Señor!
¡y el Mesías! ¡Paz en los cielos! ¡Hosanna!