Mi Córdoba, la que añoro
La que está en mi pensamiento.
Con ella sueño de noche
Y de día la presiento.
Ella me enseño a vivir
De una forma senequista.
Pues mi padre me inculcó
En tacto, olor y la vista,
A Córdoba yo la siento
en el pulso de mis dedos
y el olor de sus azahares
lo llevo prendido dentro.
Con la vista me expansiono
viendo sus patios preciosos.
Sus callejas con revueltas
y Monumentos hermosos.
¡¡Córdoba, Córdoba mía!!
No sé cuando te veré
Aunque te veo cada día,
que estás impresa en mi piel.
Desde la punta del pelo
hasta la planta del pié.
Te quiero Córdoba bella
Que no me falte tu estrella.
A. Medina García
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