Buscando
Entre el dudoso cortejo de sombras, peregrinando voy una sombra buscando.
En el místico reflejo de la noche constelada quiero hallar una mirada.
Asir anhela mi oído una voz que se ha extingido entre los ecos lejanos.
Al pasar por un jardín finge el roce de un jazmín la caricia de sus manos.
¡Oh sombra, mirada, voz, manos!; el vórtice atroz de la eternidad callada os sorbió. ¡Triste de mí, que no tengo nada, nada; que ya todo lo perdí!
Amado Nervo
|