LA MOLINERA Y EL CORREGIDOR
En la provincia de Huelva, había un molinero honrado que ganaba su sustento con un molino arrendado y era casado con una moza que era una rosa y era tan bella que el corregidor, madre, se prendó de ella.
La regalaba, la prometía hasta que un día le pidió los favores que pretendía.
Responde la molinera:
-Vuestros favores admito, pero siento si nos pilla, mi marido en el garlito, porque el maldito tiene una llave, con la cual cierra, con la cual abre cuando es su gusto, expuesto es que nos pille y nos dé un gran susto.
Responde el Corregidor:
- Me estoy haciendo una idea de mandarle en el molino algo que allí le entretenga. Según lo digo, será de trigo porción bastante. Que lo muela esta noche que es importante, para una idea que tengo oculta bajo la multa de doce duros. Así será del modo, estemos seguros.
Allí por aquel molino ha pasado un pasajero que entendía de moler tan bien como el molinero:
- Si tienes ansia por irte a casa vete tranquilo que esta noche sin falta se muele el trigo.
Ha salido el molinero y a su casa ya se ha ido. Les ha encontrado a los dos como en harina metidos.
Vete tranquilo, buen molinero, ve a tu molino no dejes que el vecino te muela el trigo.
(Anónimo)
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