Tú tienes lo que busco, lo que deseo, lo que amo, tú lo tienes. El puño de mi corazón está golpeando, llamando. Te agradezco a los cuentos, doy gracias a tu madre y a tu padre, y a la muerte que no te ha visto. Te agradezco al aire. Eres esbelta como el trigo, frágil como la línea de tu cuerpo. Nunca he amado a una mujer delgada pero tú has enamorado mis manos, ataste mi deseo, cogiste mis ojos como dos peces. Por eso estoy a tu puerta, esperando.
Jaime Sabines
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