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El poeta a su amada
Amada, en esta noche tú te has crucificado sobre los dos maderos curvados de mi beso; y tu pena me ha dicho que Jesús ha llorado y que hay un viernesanto más dulce que ese beso
En esta noche rara que tanto me has mirado la Muerte ha estado alegre y ha cantado en su hueso En esta noche de septiembre se ha oficiado mi segunda caída y el más humano beso
Amada, moriremos los dos juntos, muy juntos; se irá secando a pausas nuestra excelsa amargura; y habrán tocado a sombra nuestros labios difuntos
Y ya no habrá reproches en tus ojos benditos ni volveré a ofenderte. Y en una sepultura los dos dormiremos, como dos hermanitos.
César Vallejo (1893-1938)
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