La buena fortuna
La buena fortuna del Hombre Superior surge
porque sus deseos de enseñar y su preocupación por
sus discípulos no tienen límites y se muestra inagotable
en su deseo de enseñar. Nada lo aparta de su pueblo;
y para él, no hay motivo de reproche.
Sí para progresar se escuchan los impulsos, el avance
será en vano. Si se considera las fallas propias se
evitan los fracasos. La contemplación representa al
devoto que se ha lavado las manos, más aún, no ha
exhibido sus ofrendas. Por ello, los antiguos gobernantes
visitaban todas las regiones de su reino para observar
a su pueblo y transmitirle sus instrucciones.
El Hombre Superior examinará su influencia sobre
otros y, si ésta es positiva, gozará con satisfacción
y buena fortuna. Examinándose a conciencia, ha
liberado todo interés egoísta, por lo que es capaz de
contemplar las maneras trascendentales de los cielos.
I Ching