Ponerle palabras a la discapacidad
Cuando los niños son pequeños pueden no estar en contacto constante con personas que tienen necesidades especiales, pero una vez que van a la escuela pueden conocer a otros niños o adultos con estas características. Entonces, ¿cómo explicarles que esas personas son iguales a nosotros a pesar de contar con diferencias claras?
Como adultos tenemos la responsabilidad de preparar a los niños, resolver sus dudas e indicarles que en algún momento podrían ayudar a estas personas. Esta es una buena oportunidad para enseñarle a los niños a aceptar a los demás, incluirlos y tratarlos de forma respetuosa.
Habla abiertamente
Los niños suelen preguntar de forma directa las razones de las diferencias. Si te encuentras en esta situación es importante que respondas de la misma forma, pero solo con información real. Los adultos debemos aceptar y entender que los niños son curiosos por naturaleza.
Por lo que debemos estar preparados para tener conversaciones naturales y evitar ocultar las cosas o convirtiendo un tema en tabú.
Cambia tus percepciones
Aunque ser simpático y hacer caridad con las personas con discapacidad puede ayudarles, es una situación que debe cambiarse porque damos la imagen de ser superiores cuando en realidad son nuestros iguales. Esta conducta no es culpa nuestra, sino el resultado de nuestra educación, misma que transmitimos a nuestros hijos.
Educa para aceptar diferencias
Cuando educamos a los niños para entender y aceptar que todos somos diferentes permitimos que las discapacidades sean vistas como algo normal. Es importante explicar a los niños que cada persona nace con características únicas que lo hacen especial y que nos da un planeta bello y diverso.
Debemos preparar a nuestros hijos para entender las diferencias que podemos encontrar en cuanto a culturas, religiones, discapacidades, edades y sexos.
Presta atención a tus palabras
Al hablar de cualquier persona que vive con una discapacidad debemos prestar especial atención a ella y no a su condición. Esto enseña a los niños a definir a las personas por sí mismas y no por sus diferencias. También
debemos dirigirnos con el mayor respeto posible, evitando apodos o frases que le den importancia a la discapacidad.
Fomenta la convivencia
Algunas escuelas están pensadas para facilitar la integración de niños que viven con alguna discapacidad en nuestro entorno. Si tu hijo está en una de estas instituciones, fomenta la convivencia real con estos niños. Los pueden sentirse asustados porque no saben si lastimarán de algún modo al compañerito que vive con discapacidad. Si este es el caso de tu hijo, impúlsado a hablar primero con su profesor para entender mejor la condición de su compañero.
Acaba con los mitos
La paternidad es una gran responsabilidad pues eres el encargado de moldear al niño para que se convierta en un adulto del que te puedas sentir orgulloso. Si ayudas a que tu hijo entienda y respete las diferencias que podemos tener como personas y se convierte en alguien responsable, útil y respetuoso, habrás hecho un excelente trabajo.