Alcanzar la felicidad
es una cuestión de elección.
Es nuestra actitud
la que nos hace felices o infelices.
En la cotidianidad siempre
nos encontramos con todo tipo de situaciones
y circunstancias y,
de las reacciones y sentimientos
que tengamos ante ellos depende
entregar nuestra felicidad
o dejarla acompañándonos el resto del día.
Podemos optar por dejar de pensar
en los sucesos tristes,
y en su lugar,
saborear los momentos felices.
Si dejamos que los
acontecimientos externos influyan
en nuestro estado de ánimo,
nos convertimos en sus esclavos.
Perdemos nuestra libertad.
Al dejar que nuestra felicidad
sea determinada por fuerzas exteriores
perdemos nuestro PODER
. Por otro lado,
podemos liberarnos de las influencias externas.
Podemos elegir ser felices,
y podemos hacer mucho para aumentar
la felicidad de nuestras vidas.
Para la mayoría de la gente,
la felicidad parece efímera y temporal,
debido a que permiten afectarse
por las circunstancias externas.
Una de las mejores maneras de mantenerla
, es mediante la obtención
de la paz interior a través de la meditación diaria .
A medida que la mente se vuelve más pacífica,
es más fácil elegir el hábito de la felicidad.