La vida no tiene un único camino. Hay muchos. Y en todos ellos hay luz y oscuridad. Al avanzar, a veces nos sentimos extraviados. Según lo que le pidamos a la vida y lo que estemos dispuestos a renunciar podemos confiar en que el camino adecuado aparezca.
Quizá elegimos el camino del adiós y en el mismo lugar de la despedida aparece un nuevo camino del amor. A la cita del adiós, acude la bienvenida. La vida nos ofrece un cambio, porque la vida es rica.
Las creencias limitadoras nos impiden pensar que puedan ocurrir cosas semejantes. Y tenemos que aprender de nuevo lo que es realmente el amor.
Juan Carlos Ortega
|