La hostilidad puede dañar tu corazón
Un reciente estudio realizado en Estados Unidos revela que la personalidad de los individuos tiene una gran relación con las enfermedades que padece. Puntualmente se ha analizado a los que sufren de engrosamiento en la arteria del cuello en comparación con sus actitudes frente a los demás y a los problemas que surgen a diario.
Las personas hostiles, competitivas y agresivas son más proclives a padecer trastornos en sus arterias y venas. Esto es un gran riesgo porque causa enfermedades tales como accidente cerebrovascular, que puede provocar cuadriplejias o parálisis cerebral y hasta la muerte.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores del Instituto Nacional del Envejecimiento de Estados Unidos comandados por la becaria Angelina Sutin, recolectaron datos sobre más de 5 mil personas de cuatro pueblos de Cerdeña, en Italia. Aquellos que presentaban actitudes negativas como las indicadas anteriormente, eran más propensos a tener las arterias del cuello, llamadas carótidas, más gruesas que las personas que eran más complacientes. Las actitudes más recurrentes eran manipulación, enojo y agresividad. En cambio, los que eran más calmos y conciliadores tenían un porcentaje más bajo de problemas en sus arterias.
En el comunicado oficial después del estudio, se indica entonces que las personas más competitivas, es decir que están dispuestas a todo para luchar por sus propios intereses, presentan paredes arteriales más gruesas. También se pueden incluir en estas personalidades la desconfianza, el cinismo, el egocentrismo, la manipulación, la arrogancia, el enfado y el escepticismo. Esto trae como consecuencia un mayor riesgo a padecer enfermedades cardiovasculares. Por el contrario, los complacientes (más preocupados por las necesidades de los demás) mantenían niveles saludables de su carótida.
Para poder explicar mejor esta investigación, el Director del Centro de Prevención de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale, Dr. David Kartz, expresa que el ingrediente “tóxico” que provoca no sólo el engrosamiento de las carótidas sino también otras enfermedades está activo en aquellos que tienen una personalidad caracterizada por la hostilidad. Es decir, que las personas iracundas son las menos saludables.
Los avances que se vienen sucediendo en el área de la psicoinmunología revelan que el estado emocional influye en la producción de hormonas neutrotransmisoras y que están relacionadas al 100% con el sistema inmune y los nervios.
Llevar una vida más sana, hacer más ejercicio, dejar de fumar, tratar de tomarse las cosas con más calma y tranquilidad, evitar las peleas innecesarias, reducir el estrés, controlar la ira y respirar conscientemente es positivo para el corazón.
Qué saber sobre la psicoinmunología
Tiene un nombre difícil de leer y pronunciar, sin embargo es una rama de la neurociencia que surgió en la década del 60 en Estados Unidos y que en la actualidad varios países de Europa y América cuentan con profesionales expertos en la materia.
Básicamente estudia la interacción que se produce entre la mente y el cuerpo, así como sus implicaciones clínicas. Es decir que tiene mucho que ver con la medicina. Seguramente has oído hablar alguna vez de alguien que es “psicosomático” es decir que piensa que está enfermo y por ello sufre los mismos síntomas de esa patología.
Algo parecido es lo que analiza la psiconeuroinmunoendocrinología (si creías que el otro era un nombre complicado, este es el indicado).
Esta rama se dedica entonces a estudiar a relación entre: el sistema nervioso central, los procesos psíquicos, el sistema inmune y el sistema endócrino. Reúne los conocimientos de varios sectores, tales como la psicología, la psiquiatría, la fisiología, la inmunología, la neurociencia y la medicina del comportamiento.
Investiga sobre todo cómo funcionan el cuerpo y el sistema inmune en relación a los pensamientos, las actitudes y la personalidad de las personas. Uno de los apartados más importantes en esta rama es el estrés. Está confirmado ya que es el causante de una gran cantidad de enfermedades y trastornos. Puede causar desde hipertensión a envejecimiento prematuro, pasando por obesidad, osteoporosis, cáncer, diabetes y disminución en el aprendizaje.
Entonces, volviendo a la investigación, no hay dudas que todas las actitudes detalladas anteriormente son causales de estrés y por ende, de problemas cardiacos.
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