Siete consejos para aumentar tu fuerza de voluntad
La fuerza de voluntad es algo voluble y volátil que desaparece, se esfuma, fácilmente. Para algunos es más fácil, pero para la mayoría no lo es tanto. En cualquier caso, es necesario esforzarse y entrenarse para mantener una voluntad firme.
La fuerza de voluntad es necesaria para hacer posible lo que deseamos, pero la falta de autocontrol, las distracciones, los conflictos personales, etc., lo complican todo, y es algo que le ocurre a prácticamente todo el mundo. La diferencia entre los que consiguen las cosas y los que no las consiguen es, más que esa fuerza de voluntad, la intención de aumentar esa fuerza de voluntad, el valor que le damos al propio esfuerzo. En otras palabras: la clave para tener fuerza de voluntad es tener fuerza de voluntad para intentar tener más. Un poco enrevesado, ¿verdad?
Pues seré más breve: si quieres, puedes. ¿Mejor así?
La fuerza de voluntad se vincula al autocontrol, la determinación y auto-respeto. El control de los impulsos que es vital para una vida ordenada y exitosa. Ser capaz de decirte 'no' a ti mismo de vez en cuando es vital. Hacer sacrificios de vez en cuando y esforzarse pueden marcar la diferencia entre un logro feliz y una vida desperdiciada.
7 consejos para aumentar la fuerza de voluntad
#1 - Ten cuidado y no te pases
En muchas ocasiones le ponemos tantas ganas cuando descubrimos que querer es el primer paso que nos quemamos al poco de empezar. Vete poco a poco, con cabeza y conciencia, y analiza qué quieres, cómo lo vas a conseguir y por qué. Visualiza la meta, pero también el proceso.
#2 - No hace falta que lo anuncies a los cuatro vientos
La emoción de ponerse en camino puede hacer que lo digamos con mucho entusiasmo a los demás.
Escucharás muchas tonterías, muchos comentarios derrotistas, mucha incredulidad. ¿De verdad necesitas que te jaleen por el camino, que te aplaudan y te vitoreen? ¿Crees que los demás te ayudarán a alimentar tu fuerza de voluntad? Si lo necesitas, busca a alguien que de verdad pueda hacerlo, porque la masa humana tenderá a tirar hacia abajo de ti, presos de envidia o temerosos de que a ellos se les exija lo mismo.
#3 - Ten en cuenta que el esfuerzo te consumirá mucha energía
Ejercer la fuerza de voluntad disminuye los niveles de glucosa en la sangre. La glucosa es el mismo combustible que alimenta tus músculos, por lo que hacer un ejercicio de fuerza de voluntad fatigará tu cuerpo como si hicieras ejercicio físico. Los investigadores han concluido que la fuerza de voluntad es muy similar a la fuerza física en que:
- La fuerza de voluntad es una respuesta de mente y cuerpo, no simplemente un modo de pensar.
- El uso de la fuerza de voluntad agota los recursos en el cuerpo (es decir, la glucosa disponible).
- La fuerza de voluntad es limitada (al igual que la potencia muscular).
- La fuerza de voluntad es entrenable (al igual que la potencia muscular).
Tenlo en cuenta para recargar tu cuerpo.
#4 - Controla tus niveles de azúcar en la sangre
Varias investigaciones han concluido que la fuerza de voluntad se podría restaurar temporalmente simplemente tomando un vaso de limonada, pero el problema es que cuanto más azúcar que consumimos en general, menos capaces somos de administrar la insulina en nuestro cuerpo, lo cual es, a la larga, contraproducente.
Por lo tanto, lo mejor es tener una dieta saludable y adecuada.
#5 - Manifiesta cuáles son tus valores fundamentales
Cuando te sientes débil, pronunciar en voz alta o para ti mismo cuáles son los valores en los que crees puede ayudarte. En este sentido, los investigadores suponen que la razón de esto es que cuando somos impulsivos, dejamos de pensar y empezamos a actuar por instinto. Cualquier forma de romper con el "estado instintivo de la mente" puede ser una forma efectiva de recuperar las riendas de nuestro comportamiento.
Y si esto te pasa a menudo, pon recordatorios y mensajes de aliento a tu alrededor. Funciona.
#6 - Lo que no se usa se estropea
Si no ejercemos la fuerza de voluntad, esta se vuelve flácida y llega la pereza. Así que no tengas miedo de participar en actividades que requieran esfuerzo. Prométete a ti mismo que no te darás por vencido, y ejerce esa voluntad, porque cuanto más se ejerza, más crecerá. Y si no tienes una meta que requiera de esa fuerza de voluntad, búscala y ponla a funcionar para que esté entrenada cuando te haga falta.
#7 - Evita el perfeccionismo
No hacerlas cosas perfectas no es el fin del mundo. Sin embargo, desperdiciar energías en que sea perfecto puede acabar con nuestras energías y desviarnos de lo verdaderamente importante: conseguirlo. Puede que lo conseguido sea mejorable -ahí tienes un nuevo reto si quieres-, pero eso no implica que se haya fracasado.
Mira para delante y enorgullécete de haber conseguido lo que hayas logrado.
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