Ven, gatito mío, contra mi amoroso corazón;
Reprime las garras de tu pata
Y deja sumergirme dentro de tus bellos ojos,
Mezcla de metal y ágata.
Cuando mis dedos acarician por momentos
Tu cabeza y tu lomo elástico,
Y mi mano se embriaga de placer
Al tocar tu cuerpo eléctrico,
Veo el espíritu de mi amada. Su mirada,
Como la tuya, amable bestia,
Profunda y fría, corta y rasga como una lanza
Y, de los pies a la cabeza,
Un dejo sutil, un perfume peligroso,
Flota sobre su cuerpo marrón.
Charles Baudelaire