La cara oculta de la empatía
La empatía es la capacidad de ponerse en el lugar del otro. En otras palabras, es poder percibir lo que la otra persona piensa o siente. Pero no todo el mundo puede sentir empatía, puesto que no es un proceso automático sino una habilidad que vamos desarrollando a lo largo de nuestra vida.
Empatizar nos ayuda en nuestras relaciones sociales. Cuanto más empaticemos más conoceremos a la persona que tenemos enfrente. De esta manera, sabremos si la persona está triste, si le molesta lo que le decimos, etc. Todo esto, nos ayudará a prevenir posibles conflictos interpersonales.
Pero, aunque la empatía se vea como algo positivo posee también su lado negativo. Las personas que empatizan pueden sufrir las consecuencias negativas que exponemos a continuación:
Evitar el sufrimiento
Sentir empatía por alguien que sufre resulta doloroso. Las personas que empatizan no pueden evitar sentir dolor por alguien que sufre. Esto provoca que se aparten de las personas o situaciones que puedan activar su empatía para dejar así de sentir dolor.
Ayudar a quien no debemos
Cuando la empatía va asociada a la compasión, a veces, nos impulsa a ayudar a quien no desea ser ayudado. Aunque no lo hagamos con mala intención, la persona a la que le brindamos ayuda puede sentirse amenazada y humillada. Puede sentirse incluso desmotivada por no poder hacer las cosas por sí sola. Por este motivo, debemos estar seguros de si la persona necesita o no nuestra ayuda, y si quiere o no recibirla. A veces, debemos enfrentarnos nosotros mismos a ciertos problemas o dificultades sin ayuda de nadie.
La manipulación
La empatía no siempre se siente de forma positiva. Algunas personas utilizan esta cualidad para obtener lo que quiere de los demás. Es el aspecto “maquiavélico” de la empatía. Como sabemos cómo se va a sentir, utilizamos la empatía en su contra o para nuestro propio beneficio.
Favoritismos
Empatizar con alguien en especial puede ocasionar, si estamos en un grupo, que le prestemos más atención a esa persona y no a los demás. Esto puede ocasionar conflictos dentro del grupo. Esa persona recibirá más recursos y gozará de favoritismos. Un ejemplo sería la ineficacia de un empleado que provoca atrasos en el trabajo que se esté realizando. Esto perjudica tanto a la empresa como a sus compañeros que tendrán el doble de trabajo.
En definitiva, aunque la empatía sea algo positivo debemos prestar mucha atención a sus puntos negativos. Esto nos puede salvar de situaciones desagradables como ayudar a alguien que no lo necesite, evitar que nuestro trabajo fracase por favorecer a aquel que no debemos y no utilizar al prójimo como objeto de nuestras manipulaciones.
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