La ley de la atracción: ¿Existe realmente?
La ley de la atracción. Es muy posible que hayas oído hablar de ella. No estamos hablando de la psicología de la atracción enfocada en las relaciones de pareja, sino de ese otro enfoque incluido dentro del campo del desarrollo personal, que en los últimos años, ha tenido tanto éxito.
Pensar por ejemplo que la suerte nos va a acompañar en nuestros proyectos. Desear algo con mucha intensidad, con pleno optimismo y confianza, esperando que de ese modo, todos esos objetivos ansiados se cumplan. Estas ideas, expresadas del modo más sencillo posible, darían forma al concepto tan conocido de la “ley de atracción”, según el cual, determinadas ondas de energía articulan su influencia en beneficio propio.
“Somos lo que pensamos”, nos dice este enfoque. Desarrollamos un estado mental a través de vibraciones afinadas y armoniosas capaces de configurar un estado mental donde los propios pensamientos, son la causa y a su vez, el modo de conseguir cosas.
¿Es esto posible? Y más aún ¿Es realmente fiable? Dada su relevancia en especial en las disciplinas del desarrollo personal, merece la pena hablar un poco sobre ello de modo objetivo.
LA BASE DE LA “LEY DE LA ATRACCIÓN”
La “ley de la atracción” no es un concepto nuevo. Nutre sus raíces de la clásica teosofía y en el movimiento “new age”. Ahí donde el campo de las energías y esas fuerzas que tejen de modo invisible el universo, aportan cierto “sustrato” a esta teoría.
También del “pensamiento positivo”, no podemos olvidarlo, ese concepto tan conocido -y vendido- a la hora de motivarnos, capaz de aportarnos esa energía y confianza en nosotros mismos. A su vez, la “ley de la atracción” dispone también de dimensiones muy aceptables de distintas disciplinas psicológicas, que de seguro ya conoces:
- La teoría cognitiva: una perspectiva ideal para el campo del aprendizaje, ahí donde la cognición o los distintos procesos mentales como la percepción y la memoria, pueden ayudarnos a adquirir conocimiento y conseguir cambios. Pensemos por ejemplo en esas personas que están intentando dejar de fumar. El visualizarse a ellas mismas iniciando sus mañanas sin ese necesitado cigarro, puede inducir al cambio. Es decir, aquí, el pensamiento nos hace conseguir objetivos, tal y como nos indica la ley de atracción.
- La terapia cognitivo-conductual: lo interesante de esta tendencia psicológica es que nos enseña que son nuestros pensamientos quienes originan las emociones y las conductas. Nunca al revés. Es decir, sería un modo de controlar el campo emocional para primar el pensamiento. Si yo me mentalizo en dejar a un lado las penas poniéndome firme para conseguir dicho objetivo, finalmente ese pensamiento orientará mi capacidad de logro.
ALTERNATIVA A LA LEY DE ATRACCIÓN: LA ACCIÓN
La única crítica objetiva que le podemos hacer a la ley de la atracción es que se base demasiado en el campo de las energías, y la idea esencial de que para conseguir algo, hemos de “pedirlo”. Ya sea al universo o a esa fuerza mayor o invisible que, supuestamente, se suspende a nuestro alrededor y que a su vez, se conecta con nosotros. Se valora eso sí, demostrar una actitud de entusiasmo de positivismo y gratitud.
Pero como ya sabemos, no basta solo con pedir. No nos sirve de mucho demandar con humildad esas metas en nuestra vida si no ponemos de nuestra parte. Siempre será adecuado y necesario mantener una actitud positiva, desde luego, pero ese positivismo debe ser razonable y lógico. Las soluciones a nuestra vida no se suceden solo con pensar, desear y esperar.
Aceptaremos la ley de atracción como ese primer estímulo ante un cambio de actitud. El pensar que deseo algo, entender que debo hacer un cambio y que, lógicamente he de esforzarme en conseguirlo. De ahí la necesidad de complementarlo con la “ley de la acción”.Una vez hayas abierto tus miras y tus esperanzas, enciende el motor del cambio.
No pienses solo en que las energías van actuar por sí solas para darte lo que ansías. Pon tus propios medios, estrategias, construye tu propio camino día a día y comprende que, todo logro tiene detrás un esfuerzo propio. Esos que hacen que nos sintamos orgullosos de nosotros mismos.
La ley de la atracción es un buen concepto de motivación. Pero siempre es adecuado ver las cosas con objetividad, teniendo en cuenta que hoy en día el “concepto de pensamiento positivo” vende muchos libros de autoayuda. Ten confianza siempre en ti mismo, pero empuja tu pensamiento y tus acciones para construir ese camino que deseas.
Ése que te hace feliz, y por el que merece la pena luchar.
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