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Suspira
Alma de mujer mía, en ti la noche cae ardiendo entre las sábanas donde suspiran los claveles del aire y la huella de tu cuerpo se estampa. Como si el centro del mundo se diseñara en la periferia de tu forma.
Aún huelo tu sudor de asombro en el sueño clavado al lecho. Pongo mis labios de escudo y tu ariete de beso fogoso se abre paso Y el aroma de tu sudor invade mis poros. De pronto...
Tus ojos tiranos me hacen esclavo, en su inmensidad de océano me mido, la pasión quema con tu ausencia. Tu palabra de amante pronunciada se desliza en la espesura de dorados trigales, donde el suelo abre su boca y el cielo canta su gloria.
Hay hebras de tu pelo revoltoso que decoran la almohada tras las montañas nocturnas. Tu palabra en gemido colma mi silencio cuando al tacto vamos unidos sueltas saetas de besos atesorados No vi tu lado ausente. Si el clamor de tu carnal esencia Quisiera partir sin ti a la frontera final.
Si no envejezco a tu lado será una cita sin aviso. El amor que me has hecho en mi viaje peregrino, persistirá en mi corazón de luto y mi ausencia inevitable Suspira en ventisca tu aliento esclarecido moviendo mi carne de ofrenda Y que los bronces campanarios marquen el sonido de mi senda en la ausencia de mis rotos monumentos.
Poema 39 - pasionario
Colaboración de Ricardo Álvarez Argentina
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