¿Qué es el trastorno de personalidad por dependencia?
“Permiso… ¿puedo pedirte permiso para ir al parque?”. “Disculpa… ¿puedo irme a dormir?”. Pueden parecerte frases extrañas, sin embargo, muchas mujeres (y algunos hombres) las suelen decir a diario.
El trastorno de personalidad por dependencia se basa en “pedir permiso para pedir permiso”. Es decir, se trata de una afección o desequilibrio del tipo psicológico/emocional donde una persona depende demasiado de otra, sobre todo de la pareja. Sin ella, no puede satisfacer sus necesidades.
Este problema suele comenzar en la infancia, aunque todavía las causas y “disparadores” son desconocidos. Si bien podemos pensar que es más frecuente en las mujeres, afecta también a los hombres, y más de lo que creemos.
El trastorno de personalidad por dependencia también se caracteriza por la sumisión hacia la otra persona y un gran temor a la separación o el abandono por quien más se ama. Es entonces “una necesidad excesiva de que se ocupen de uno” y se puede dar en diversos contextos.
Características del trastorno de personalidad por dependencia
Según el Manual de Trastornos Mentales (DSM IV), para ser diagnosticado con este desequilibrio, el paciente que llega a la consulta debe sufrir al menos cinco de los siguientes aspectos:
-Dificultad para tomar decisiones en lo cotidiano y sencillo, como no saber qué hacer de cenar, qué camino tomar o qué ropa vestir.
-Necesidad de contar con el consejo o afirmación de sus decisiones por parte de una o varias personas del círculo cercano.
-Problemas para asumir responsabilidades en los principales momentos de la vida.
-Dificultades para poder expresarse frente a la otra persona, sobre todo cuando está en desacuerdo con ella. Esto se debe al profundo miedo de ser desaprobado o dejado.
-Incapacidad para iniciar proyectos por motu proprio o hacer las cosas “a su manera”, ya que la falta de auto-confianza hace que su juicio se vea afectado, no tenga sueños ni deseos a futuro más allá de complacer a quién tiene al lado.
-Falta de energía o de motivación para hacer alguna cosa que le gusta (o le gustaba), sobre todo si eso ha causado algún problema o discusión en el pasado.
-Necesidad imperiosa de sentirse protegido y cuidado por alguien, sin importar su orgullo ni dignidad, así como tampoco las cosas que deba hacer para lograr ese resguardo físico y emocional.
-Incomodidad o desamparo al estar solo/a en la casa, porque siente un gran temor de que lo hayan abandonado o de no poder cuidarse por sus propios medios.
-Búsqueda urgente de una relación amorosa una vez que se ha terminado una anterior, para no quedarse solo/a y recibir el apoyo, contención, cuidado y dedicación que cree necesitar.
-Preocupación poco realista de las cosas que suceden a su alrededor. Todo está fundamentado en los miedos al abandono y a la falta de protección.
-Decisión de ser pasivo en lo que se refiere a las relaciones interpersonales, es decir, no tomar acción en ninguna decisión de la pareja o de la familia.
-Sensación de impotencia o perturbación al finalizar una relación y resultar fácilmente herido o lastimado por las críticas o las desaprobaciones de quiénes lo rodean.
Algunos de estos criterios de comportamiento en el trastorno de personalidad por dependencia pueden confundirse o bien ser similares con otros desequilibrios como por ejemplo, trastorno de la ansiedad, trastorno obsesivo compulsivo, depresión, ataques de pánico y ciertas fobias.
Para poder reconocer en el otro (o hasta en nosotros mismos) que padece este trastorno, es preciso analizar un patrón de comportamiento que se desarrolla durante mucho tiempo, quizás años. El Trastorno de Personalidad por Dependencia no es algo de unos días o semanas, sino que se cataloga como “de larga duración”. La recurrencia no remite, no se modifica y forma parte de la personalidad. Si no se trata puede ir en aumento.
Es preciso prestar mucha atención a los signos o señales detallados anteriormente, porque muchas veces no nos damos cuenta de lo que hacen nuestros seres queridos o lo que podemos estar haciendo nosotros.
Si crees que tu pareja, amigo o familiar cumple con más de cinco de las características del trastorno de personalidad por dependencia, tal vez sería bueno recomendarle que comience una terapia.
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