Para recibir, hay que dar.
Para ser amado, hay que amar.
Para ser recibido, hay que recibir.
Para ser escuchado, hay que haber sabido escuchar.
Para estar rodeado, hay que ser abierto y generoso.
Para ser comprendido, uno mismo ha de ser tolerante.
Para vivir en una atmósfera serena,
uno mismo ha de ser tranquilo y relajado.
Así es la vida.
Cada cual recoge lo que siembra.
D.A.
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