A tu sombra nací, Giralda mía, y con el aire que te besa aliento; de su arte soñador te hizo portento la árabe raza triunfadora un día.
De la reina gentil de Andalucía eres la maravilla y ornamento, y te elevas gallarda al firmamento, y esplendes a la luz que el sol te envía.
Yérguete siempre en mi nativo suelo, y, al mágico vibrar de tus campanas, olvide mi ciudad tristeza o duelo.
De alzarte entre los ángeles te ufanas; que a tu vértice tienes los del cielo, y al pie las hechiceras sevillanas.
(Mercedes de Velilla)
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