al amanecer del primer día de la semana, vinieron María Magdalena y la otra María,
a ver el sepulcro.
Y hubo un gran terremoto;
porque un ángel del Señor,
descendiendo del cielo y llegando,
removió la piedra, y se sentó sobre ella.
Su aspecto era como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve.
Y de miedo de él los guardas temblaron y se quedaron como muertos.
Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras;
porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado.
No está aquí, pues ha resucitado,
como dijo.
Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor." Mt. 28,1-10