5 tipos de vampiros emocionales
Están ahí fuera, esperándonos, atrayéndonos para luego dejarnos vacíos. Nos caen bien, confiamos más en ellos más que en cualquier otra persona. Esperamos más pero recibimos menos. Son ellos, los vampiros emocionales. No buscan nuestra sangre, quieren nuestra energía emocional.
Al igual que el resto de vínculos que desarrollamos a lo largo de nuestra vida, los vínculos emocionales crecen de una u otra forma según cómo sean alimentados. Naturalmente, si les damos de comer tristeza, envidia, quejas o enfados constantes, lo que haremos será crear vínculos poco saludables.
Hay relaciones que pueden ser excesivamente perjudiciales para nosotros, generando un drama de enormes dimensiones y atentando contra nuestro bienestar emocional.
Hay personas que, intencionalmente o no, pueden hacernos sentir deprimidos, abrumados, enfadados e incluso aniquilados.
Lo cierto es que, sin estrategias eficaces de autodefensa para mantenerlos a ralla, las víctimas de las personas tóxicas desarrollan comportamientos y síntomas poco saludables (comer en exceso, aislarse, cambiar de humor fácilmente, sentirse constantemente fatigados…).
Se les ha llamado de muchas maneras: personas tóxicas, vampiros o depredadores emocionales, parásitos, etc. En verdad, aunque esta clasificación no tenga base científica, hay personas que agotan y nos hace entrar en un estado de resignación y pesadumbre que nos resulta difícil sobrellevar.
A continuación os definimos 5 tipos de personas que intoxican nuestras emociones, chupando nuestras energías como un vampiro y acechándonos como si de un depredador se tratase.
1-La persona pasiva-agresiva
Este tipo de personas expresa enojo con una sonrisa en la cara o con excesiva preocupación, pero siempre mantienen la calma. Son expertos en maquillar y azucarar la hostilidad. Todos hemos usado esta técnica alguna vez pero, sin embargo, estas personas abusan de ella, provocando que perdamos los papeles ante ellos.
La mejor autodefensa es dirigir su comportamiento manteniendo plenamente nuestras convicciones, creando límites y haciéndolos valer. Merecemos ser tratados con amor y sinceridad y no debemos permitir que nos hablen “como si nos estuviesen perdonando la vida”.
2-La persona narcisista
Todo gira en torno a ellos, pues se creen el ombligo del mundo. Son egocéntricos, vanidosos y están hambrientos de admiración y atención. Pueden mostrarse como personas inteligentes y encantadoras, hasta que ven amenazada su condición de gurú, de ejemplo a seguir o de autoridad intelectual.
Dado que su lema es “yo primero”, enfadarnos y/o expresar de forma asertiva nuestras necesidades no tendrá ningún efecto sobre ellos. Ya que suelen carecer de empatía o tenerla bien enterrada, pueden tener dificultades en entender el amor incondicional fuera de sí mismos.
Así es que la mejor autodefensa es disfrutar de sus buenas cualidades pero siendo realistas en nuestras expectativas hacia ellos. Mientras tanto, no dejes que te aplasten ni que te hagan sentir inferior, entiende que su narcisismo es su necesidad.
Puedes conseguir su cooperación siempre que apeles a su propio interés y les muestres cómo tu solicitud les beneficiará.
3-La persona furiosa
Este vampiro se ocupa en el oficio de acusar, de atacar, de humillar, de criticar y de crear conflicto. Son adictos a la ira, a retener las cosas, a castigar a los demás. Te congelan y te golpean, rompiéndote en mil pedazos con su furia.
La mejor autodefensa es proteger tu autoestima para que su ira no se la lleve por delante. Tómate tu tiempo, crea pausas y respira. Trata de mantenerte neutral y equilibrado ante sus ataques de furia y no respondas hasta que no estés centrado.
De esta manera, conseguirás desarmar a esta persona, dejándola explayarse para después exponer tu visión, haciéndole que reconozca y atienda a tu posición.
Haciendo esto lograremos incluso empatizar con ellos,
preguntándonos sobre el dolor que les hace enfadarse de esa manera.
4-La persona mártir
Existen en todas partes. Lo mártires son los reyes y reinas del drama. Ellos saben cómo hacer que te sientas mal por algo presionando los botones de la inseguridad y echando sal en tus heridas.
La mejor autodefensa es dejar atrás la idea de que tenemos que ser perfectos. Todo el mundo comete errores. Pero si en verdad te sientes culpable por algo, entonces apártate a otro lugar y llora si es necesario.
También puedes responder a sus ataques con una declaración positiva como la siguiente: “Comprendo tu punto de vista., pero cuando dices __hieres mis sentimientos. Te agradecería que no lo siguieses haciendo”.
5-La persona celosa y chismosa
Son las personas entrometidas, esas que se deleitan hablando de los demás a sus espaldas, arrastrando su reputación y difundiendo rumores maliciosos. Cuando hacen esto, todo el mundo a su alrededor se siente humillado y menospreciado.
La mejor autodefensa es no preocuparse por lo que esa persona dice de nosotros y no tomar sus chismes de manera personal. La actitud correcta es subir un escalón e ignorarlos. Además, si estamos en un grupo y comienzan a hablar sobre alguien lo mejor es cambiar de tema y nunca compartir ningún chisme.
No obstante, es adecuado dejarles claro que sabes lo que están haciendo y que eso no te hace bien. Podemos dirigirnos a ellos y decirles algo así como “Tus comentarios son hirientes. ¿Cómo te sentirías si dijesen eso de ti? Por favor, deja de hablar sobre mí” .
Identifica a las personas que te causan dolor emocional y genera tus propios mecanismos de autodefensa para que no se cobren tu bienestar psicológico.
Tomar distancia y alejarse de las personas complicadas mejora la salud.
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