A solo unos días de unas elecciones, nos peguntamos ¿Qué o quién influye en nuestra intención de voto? Aspectos psicológicos e indirectos pueden influir en que votemos a un partido u otro, vemos como ocurre esto.
En todo país democrático, existe el derecho al voto. Antes de la fecha de la votación, los candidatos y partidos argumentan sus programas para convencer a los ciudadanos a que les voten. Nosotros, como ciudadanos, tendemos a elegir a un partido u otro, o a un candidato u otro, dependiendo de nuestros ideales o de lo que nos propongan para nuestro beneficio y el de nuestro país. Hasta ahí, vale.
No todo depende solo de nuestra decisión
Pero, ¿y si te dijera que recientes estudios han llegado a la conclusión de que nuestra intención de voto no solo depende de nuestra decisión? Existen aspectos externos triviales que condicionan dicha intención de voto: el clima que vaya a hacer, el olor de la sala, el resultado del partido de fútbol de nuestro equipo favorito, si el partido político que íbamos a votar pertenece a una etnia…etc.
Puede que no tengamos el control total sobre nuestra elección…
La votación, según la teoría básica, está basada en un pensamiento crítico y racional, en donde hemos hecho un análisis, profundo o superficial, y de ahí hemos llegado a una decisión y posterior elección.
Ya lo sabias…
Sin embargo, existe un condicionante que pueda que no sepas: la decisión que hemos tomado, inconscientemente, la habíamos tomado tiempo atrás. Este es un mecanismos psicológico que puede que tenga sus origines en un método defensivo.
Cuando estamos incluso razonando nuestra elección, este mecanismo psicológico salta, incluyendo hasta el momento de la votación. Los factores que causan que el mecanismo “salte”, suelen ser: el enfado, el desagrado y/o el miedo.
El enfado
Por lo tanto, aunque estemos barajando votar a un partido político u otro, puede que anteriormente ya nos hayamos inclinado por uno u otro, de manera inconsciente. Si hemos sentido rabia, por ejemplo, al ver noticias sobre política que nos desagrada, salta nuestro mecanismo en búsqueda de otro partido político que pueda arreglar el problema y, por lo tanto, sea el que incline la balanza en nuestra elección en el día de la votación.
Las personas conservadoras, tienden a su propio disgusto con un candidato, no al partido en sí, lo que hace que se vote a uno u otro.
Otros estudios han verificado que en la votación influye cómo te sientas ese día o cómo te hayas levantado: si no te encuentras bien, los candidatos con buen aspecto físico son los más votados. Levantarse enfermo también influye en votar a un candidato de una raza u otra.
El desagrado
El asco también es un condicionante a la hora de escoger un candidato o un partido. Si, por ejemplo, no te gusto el aspecto de un candidato o el mitin al que acudiste fue aburrido, esto puede hacer que varíes de opinión el día de acudir a las urnas.
El miedo
Pero, ante todo esto, el miedo es el factor dominante que condiciona nuestra intención de voto.
El miedo condiciona muchísimo en nuestra elección. Y aun coge más fuerza si este miedo nos los ha condicionado con datos negativos. Si nos muestran estos datos constantemente, tendemos a huir del causante de esto y votar al contrario. Esto empuja más que si uno nos trata de atraer con sus propios datos positivos. De ahí vienen las estrategias políticas: partido A infunde miedo con los datos negativos del contrincante B para que los ciudadanos voten a A.
El miedo no solo condiciona las votaciones, también cualquier percepción negativa que podemos tener a algo o alguien, por ejemplo, el miedo a las serpientes. Solo vemos lo negativo de ellas, de ahí que se despierta nuestro temor y tendencia a huir de ellas.
Esta forma de actuar pertenece a nuestra biología primitiva. Y los partidos políticos y profesionales del marketing lo saben, y por ello actúan en consecuencia. Las campañas políticas y programas se crean a partir de nuestra forma de comportarnos como humanos, guiándonos por nuestra biología y aspectos externos.
Por ello, puede, tal vez puede, que te sorprendas el día que vayas a votar…
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