“Descubrir la energía interior
y entregarla para renovar el mundo;
he aquí el altruismo”.
(Rafael Barrett)
¿Cuánto vale una sonrisa?, ¿Qué precio tiene entender a nuestro prójimo? Seguramente, si hiciéramos esta preguntas a diferentes personas, de un modo u otro nos contestarían lo mismo... las cosas que más valen en esta vida, no se pueden comprar con dinero…
Cuando estás en uno de los peores momentos de tu vida y alguien te tiende una mano amiga; cuando dejas de creer en el ser humano y de forma inesperada, alguien te ayuda a recoger la bolsa que se te ha caído en mitad de la calle; cuando vemos en televisión que una persona, además sin recursos entregó a la policía una cartera que encontró en la calle con todo el dinero para sorpresa de su propietario; o cuando un joven te cede su asiento en un autobús público…
Entonces, entiendes que esas acciones de altruismo, por pequeñas que sean algunas de ellas, hacen que el ser humano merezca la pena; y que cuando tenemos el día tonto y pensamos que sólo existen malas personas nos damos cuenta de que no es así… lo que ocurre es que siempre lo malo hace mucho ruido…
Cuando practicamos el altruismo, hacemos de la vida y de la sociedad un mundo mejor. Y lo mejor de todo, es que está al alcance de todos nosotros; porque practicar el altruismo, ponernos en la piel del otro, es decir ser empáticos no cuesta nada, solo la voluntad del que lo hace.
El altruismo y la empatía conllevan grandes beneficios y aunque creamos que sólo es cosa de humanos, lo cierto es que los animales son los primeros en hacerlo, por eso la frase de “la naturaleza es sabia”, podríamos aplicarla también en el altruismo.
¿Puede haber algo más bonito que ver como ciertos macacos acicalan a los ciervos y le ofrecen comida… o cómo un niño autista puede llegar a hablar por primera vez en su vida, gracias a haber estado en contacto con animales?
Todo esto se lo debemos a lo que los expertos llaman “neuronas espejo“, son las neuronas capaces de emular lo que les pasa a otros, de ponernos en su lugar..
Y es que, cada uno de nosotros lleva un héroe dentro y sólo hay que sacarlo de vez en cuando sin esperar nada a cambio… porque el altruismo genera altruismo; porque las personas más empáticas al final, consiguen tener más amigos y más éxito en lo personal y en lo laboral… eso sí, el auténtico altruista lo hace sin ningún interés y a cambio de nada, y eso se nota…
Dos curiosidades que quizás no sabías
¿Sabías que leer y sobre todo, literatura de ficción nos hace más empáticos? Pues sí, el hecho de tenernos que poner en el papel de distintos personajes desarrolla en nosotros la empatía.
Y ¿sabías que el bostezo también es un síntoma de empatizar con los demás? ¡Si bostezamos y contagiamos nuestro bostezo estamos siendo empáticos!
Una última cuestión…
Y los políticos… ¿practican la empatía? Pues en teoría, precisamente en esto consiste su trabajo… en ponerse en la piel de los demás, del ciudadano y entender cuales son sus necesidades y actuar en consecuencia.
Lo cierto es que cuando vemos desahucios en la tele, gente que quiere trabajar y no consigue un trabajo…jóvenes que tienen que emigrar en busca de un presente y de un futuro laboral etc. los ciudadanos de a pie nos preguntamos…
¿Dónde está la empatía que se presupone que deben tener los políticos?
Lamentablemente a veces el poder ciega… Aún así, no por ello, nosotros tenemos que olvidarnos de ser empáticos y altruistas…
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