“Amar profundamente implica aceptar límites e imperfecciones, y aun así valorar a la persona como alguien único/a con admiración”.
Fina Sanz
Cuando acaba el enamoramiento idealizado, en el que todo es perfecto y apenas hemos podido ver los defectos de la otra persona, es cuando comienza la verdadera prueba, el proceso transformador y creativo, en el que se aprende amar a la otra persona desde una perspectiva más realista.
En este proceso, que está fuera de la idealización, en el que podemos ver a nuestra pareja con su realidad en todo su conjunto, existe a su vez, un mayor acercamiento para el conocimiento mutuo.
Podemos ver así con mayor claridad las carencias, defectos y aquello que no nos gusta el uno del otro. Es una oportunidad de reforzar el vínculo de pareja, observando que a pesar de encontrar cosas que no nos gustan de la otra persona, podemos aceptarla tal y como es.
Bajo este conocimiento mutuo, cuando no se acepta la esencia verdadera del otro, caemos en el error de intentar que cambie aquello que no nos gusta. Esto es algo que irá contaminando la relación, ya que acaba derivando en exigencias y frustraciones.
“Así como la energía amorosa en el ser humano es infinita, la concreción amorosa en la vida cotidiana, en la realidad ordinaria, tiene límites: ni somos perfectos ni podemos estar en permanente estado de fusión”.
Creatividad para el cuidado del amor en la pareja
En la relación de pareja, no cabe duda, que tenemos que aceptar ciertas frustraciones si realmente estamos dispuestos a mantener la relación, y sentimos que amamos a la otra persona.
Esta experiencia supone un camino continuo de aprendizajes en el que podemos conocernos mejor a nosotros/as mismos/as, y obtenemos una mayor maduración, tanto a nivel personal como de pareja.
Es importante darse cuenta que en muchas ocasiones se utiliza la relación de pareja, sin darnos cuenta, para reparar heridas de la infancia, buscando aquella persona que nos cure el dolor de nuestro niño y niña interior, y que nos aporte lo que necesitamos.
Si podemos llegar a darnos cuenta de esto, veremos cómo ciertas necesidades profundas que tenemos, solo nosotros/as podemos repararlas; por lo que cargar estas necesidades a nuestra pareja solo nos servirá para experimentar una mayor frustración.
El psicoterapeuta Tan Nguyen propone 5 fases de creatividad en las relaciones de pareja, que pasarían por:
1 Reconocimiento de los guiones
Tomar conciencia de nuestra historia en relación con el amor, tanto con la familia como en las parejas anteriores, ya que tenemos tendencia a reproducir los mismos guiones que hemos aprendido, sobre los esquemas familiares y nuestra vida afectiva y amorosa; repitiendo así fracasos, decepciones y rupturas.
“A menudo, en nuestra vida afectiva, tenemos tendencia a querer reparar situaciones familiares del pasado, en las cuales nos hemos encontrado impotentes”.
Fina Sanz
Cuando en la pareja se comienzan a poner condiciones del tipo: “yo te amo si me aportas seguridad, si eres tierno y cariñoso conmigo”. Esta prueba permanente choca con la realidad cotidiana de la pareja, por lo que se producen tensiones entre dos egos.
2 Desidentificarse del pasado
Una vez que hemos tomado conciencia de nuestro pasado, y de nuestro guion en las relaciones de pareja, de errores que se vuelven a repetir. Podemos marcar distancia y alejarnos de aquello que volvemos a reproducir, de tal forma que podamos entender que el presente es otro.
3 Cuidarse a sí mismo/a
Para no caer en el error de pretender que sea nuestra pareja quien cure las heridas de nuestro pasado, resulta fundamental aceptar nuestra historia y nuestro guión en las relaciones de pareja.
De forma que nos podamos hacer cargo de nuestras propias heridas, una vez que hemos hecho el proceso de toma de conciencia. De esta manera no estaremos a expensas del cuidado de nuestra pareja, y la liberamos así de esa carga pesada.
4 Integración
En esta fase lo importante es aprender a integrar, asumiendo la responsabilidad, comprobando como ya no surgen los conflictos que estaban motivados por la culpa y la exigencia.
5 Creación
Apartar de nuestro vínculo de relación las proyecciones que hacemos hacia nuestra pareja, dejar nuestro punto de referencia e improvisar, dándole la forma que vayamos queriendo a la relación.
No quedar estancados cada uno en su historia de relaciones, tener en cuenta que cada pareja es única y original, cada cual con sus circunstancias y su forma particular de vincularse. De Forma que consigamos que fluya nuestra relación a través de la creatividad y no quede así estancada.
“Fluir implica hacerte responsable de tu rumbo aprovechando bien la marea de la vida. Algo muy distinto a dejarse llevar por la corriente”.
Pepa Arcay
Bibliografía consultada:
– Sanz, F. (1995). Los vínculos amorosos: amar desde la identidad en la terapia de reencuentro. Kairós.
lamenteesmaravillosa.com