“Saber que se sabe lo que se sabe y que no se sabe lo que no se sabe; he aquí el verdadero saber”
(Confucio)
¿Te has parado a pensar alguna vez por qué las personas con menos habilidades y capacidades tienden a sobreestimar su inteligencia y las personas con más habilidades se subestiman?
En 1995 un ladrón de Pittsburgh, llamado McArthur Wheeler, atracó dos bancos a plena luz del día. Cuando fue arrestado por la policía y le mostraron las imágenes de las cámaras de seguridad, se sorprendió al saber que el jugo de limón no le hacía invisible. Ese acto demuestra como a veces nos creemos más inteligentes cuanto menos sabemos y cuantas menos habilidades poseemos.
El fenómeno que causa que las personas con menos habilidades se crean las más inteligentes se denomina “efecto Dunning-Kruger” y fue descrito por los científicos de la Universidad de Cornell (Nueva York, EEUU), Justin Krugger y David Dunning, que realizaron un estudio para demostrar como personas con escaso conocimiento tienden sistemáticamente a pensar que saben mucho más de lo que saben y a considerarse más inteligentes que otras personas más preparadas.
Para realizar el estudio recurrieron a estudiantes de la Universidad de Cornell y evaluaron varios aspectos como el humor, el razonamiento lógico y la gramática. Inicialmente se pidió a cómicos profesionales que evaluaran la gracia de treinta chistes y luego solicitaron a un grupo de estudiantes que realizaran la misma evaluación. Tal y como era de esperar, la mayoría pensó que sus habilidades para juzgar lo que es gracioso, estaban por encima de la media.
Tras el estudio sobre el humor, se realizó un estudio sobre la lógica y la gramática y los resultados fueron los mismos: las personas que obtuvieron peores resultados eran las que pensaban que mejor concepto tenían de sí mismas y más inteligentes se consideraban.
El estudio fue publicado en el mes de diciembre de 1999 en The Journal of Personality and Social Psychology.
Sus resultados fueron los siguientes:
1. Los individuos incompetentes tienden a sobrestimar su propia habilidad.
2. Los individuos incompetentes son incapaces de reconocer la habilidad de otros.
3. Los individuos incompetentes son incapaces de reconocer su extrema insuficiencia.
4. Si pueden ser entrenados para mejorar sustancialmente su propio nivel de habilidad, estos individuos pueden reconocer y aceptar su falta de habilidades previa.
¿A qué se debe esto?
Este fenómeno ocurre por una percepción irreal, porque las habilidades necesarias para hacer algo bien son precisamente las habilidades necesarias para saber cómo lo estoy haciendo. Por ejemplo, si mi nivel de ortografía es muy bajo, la única manera de darme cuenta de ello, es conociendo las reglas de ortografía.
Entonces, a la vista de todo lo anterior, cabe preguntarse: ¿Cómo sé si no tengo habilidades en una materia determinada?
En general debemos comparar lo que sabemos con las reglas sobre una determinada materia e intentar ser objetivos. Por ejemplo, si quiero evaluar mis conocimientos sobre matemáticas tendré que estudiar las reglas de matemáticas y de esa forma podré evaluar mis habilidades en esta área.
¿Cómo podemos superar nuestra falta de habilidades?
Ante todo debemos ser autocríticos y receptivos ante la crítica y opiniones de los demás. Muchas veces sobrevaloramos nuestros conocimientos y no escuchamos a otras personas que pueden tener opiniones y habilidades diferentes que nos pueden enriquecer y de las que podemos aprender.
Por otra parte, debemos estar atentos a nuestra forma de tomar decisiones. ¿En qué me baso para tomar una decisión? ¿En mi intuición , en conocimientos que no poseo, en mis opiniones? Es necesario que estemos alerta porque puede que estemos sobrevalorando nuestros conocimientos y habilidades.
“Gran parte de las dificultades por las que atraviesa el mundo se debe a que los ignorantes están completamente seguros y los inteligentes llenos de dudas”
(Bertrand Russell)
En todo caso el efecto Dunning-Kruger no es más que una afirmación de la famosa frase de Charles Darwin “La ignorancia engendra más confianza que el conocimiento”.
Por lo tanto, es necesario que realicemos una reflexión: ¿Ignoramos nuestra propia ignorancia?
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