Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

LA DANZA EN EL CAMINO
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 General 
 IMAGENES 
 ♠♥♠ PRESENTATE ♠♥♠ 
 NORMAS DEL GRUPO 
 ♦♦HISTORIA Y ARTE♦♦ 
 ♦♦♦FONDOS♦♦♦ 
 ♥♥♥POEMAS♥♥♥ 
 ☻BIOGRAFÍAS☻ 
 PARTICIPAR EN ARMONIA 
 FIRMAS DE AMALY 
 ESTA ES MI TIERRA 
 +++PINTURA 
 MUSICA MIDI 
 ♣EL SEPTIMO ARTE♣ 
 
 
  Herramientas
 
♥MENSAJES DE IKHANNA♥: la insensibilización
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: IKH@NN@  (Mensaje original) Enviado: 21/08/2015 20:35

La insensibilización como vía de escape

“Lo contrario del amor no es el odio, es la indiferencia. Lo contrario de la belleza no es la fealdad, es la indiferencia. Lo contrario de la fe no es herejía, es la indiferencia. Y lo contrario de la vida no es la muerte, sino la indiferencia entre la vida y la muerte.”

-Elie Wiesel-

En esencia, la sensibilidad es una de esas grandes virtudes que hacen mejores a los seres humanos. Equivale a una capacidad para percibir y atender a las diferentes realidades que encontramos a nuestro paso, bien sean tangibles o intangibles.

Una persona sensible está más despierta y asume la vida con mayor intensidad.

Sin embargo, en ciertas circunstancias, esa sensibilidad se convierte en un atributo que, en lugar de otorgarle más color a la vida, termina añadiendo dificultades.

Cuando los estímulos del entorno son excesivos, desbordan nuestra capacidad para percibirlos e incorporarlos. Lo mismo ocurre si se trata de estímulos agresivos, intimidantes o desgastantes: bloqueamos la sensibilidad, pues de lo contrario enloqueceríamos.

sensibilidad

Los orígenes de la insensibilización

Dejar de sentir, o sentir con menor intensidad, es una forma de eludir las experiencias desagradables o excesivas. En principio se trata de un mecanismo de defensa completamente válido para poder sobrellevar una realidad dura.

¿Qué pasaría si una persona que está en la cárcel, por ejemplo, se abriera minuto a minuto a cada detalle involucrado en esa condición? Probablemente más temprano que tarde se volvería incapaz de tolerar la vida.

Limitar o bloquear la sensibilidad es entonces una estrategia para adaptarte a condiciones difíciles o extremas.

¿Cómo disminuye el grado de sensibilidad en una persona? Cuando es necesario, la mente emplea tácticas para reducir el nivel de sensibilidad.

Una de esas tácticas consiste en quedarte en la superficie de las situaciones: no profundizar para evitar que el incremento de información desate miedo, angustia o tristeza.

Otra táctica es la de “normalizar” los eventos o situaciones anómalos que generan ansiedad. De este modo, terminas por asumir que algo que en condiciones razonables sería completamente inaceptable, en realidad es perfectamente normal.

A estas tácticas se suma otra muy común: optar por la ignorancia. Sencillamente te niegas a recibir información o a tener contacto con alguna realidad.

Puede que tomes la decisión conscientemente o que no te des cuenta de ello. Lo cierto es que evitas a toda costa entrar en contacto con determinadas situaciones, objetos o personas.

Finalmente, se logra la insensibilización mediante la adopción de doctrinas o ideas que explican o justifican las realidades negativas, haciéndolas ver como un “mal necesario” o “irremediable”. Es el caso de algunas creencias en las que sufrir por sufrir es visto como una virtud.

insensibilidad como salida

La insensibilización como huida

Como lo mencionábamos anteriormente, la insensibilización, en principio, es un mecanismo adaptativo que nos ayuda a sortear situaciones difíciles que escapan a nuestro control y son extremadamente displacenteras. En esos casos, huir de la realidad, en alguna medida, es una forma instintiva de protegernos y preservarnos.

Sin embargo, hay infinidad de situaciones en las que la insensibilización se convierte más bien en una forma de eludir miedos o dificultades que perfectamente podríamos resolver. En esos casos, huir de la realidad no nos ayuda, sino que acrecienta nuestros problemas y nos paraliza.

Un típico ejemplo de esto es el de la insensibilización por maltrato. Si recibimos agresiones físicas y/o verbales de manera continuada, sin reaccionar, es posible que terminemos creyendo que esos abusos son algo “normal” o justificable.

Vamos, poco a poco, construyendo la idea de que un insulto desgarrador, o quizás alguna que otra bofetada, no son motivo de alarma.

También nos ocurre diariamente frente a los medios de comunicación. Nos han acostumbrado a recibir informaciones superficiales sobre lo peor que hay en el mundo.

Las guerras, la delincuencia y las injusticias son el pan de cada día en los noticieros. Es noticia que un hombre torturó y mató a otro, pero no lo es que millones de personas no hicieron algo semejante.

El resultado es que terminamos pensando que la realidad del mundo es enteramente inabordable y nos insensibilizamos frente a ello, como una manera de protegernos. Pero al mismo tiempo dejamos de participar de esa realidad política y social de una manera activa.

Debemos detenernos frente a todas esas realidades de las que no queremos saber nada, o eludimos deliberadamente, o justificamos, pese a que todos a nuestro alrededor las cuestionen.

Vale la pena que nos preguntemos si evadimos todo ello por nuestro propio bienestar o si, quizás, estamos mutilando una valiosa fuente de conocimiento y de sabiduría.

lamenteesmaravillosa.com



Primer  Anterior  Sin respuesta  Siguiente   Último  

 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados