

Poeta, di paso
(Fragmento)
¡Poeta, di paso los furtivos besos!... ¡La sombra! ¡Los recuerdos! La luna no vertía allí ni un sólo rayo... Temblabas y eras mía. Temblabas y eras mía bajo el follaje espeso. Una errante luciérnaga alumbró nuestro beso, el contacto furtivo de tus labios de seda. La selva negra y mística fue la alcoba sombría... En aquél sitio el musgo tiene olor de reseda... Filtró luz por las ramas cual si llegara el día, entre las nieblas pálidas la luna aparecía... ¡Poeta, di paso los íntimos besos! ¡Ah, de las noches dulces me acuerdo todavía! En señorial alcoba, de la tapicería amortiguaba el ruido con sus hilos espesos, desnuda tú en mis brazos fueron míos tus besos; tu cuerpo de veinte años entre la roja seda, tus cabellos dorados y tu melancolía, tus frescuras de virgen y tu olor de reseda... Apenas alumbraba la lámpara sombría los desteñidos hilos de la tapicería. ¡Poeta, di paso el último beso!
José Asunción Silva
(1865-1896)

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