Y porque Amor combate no sólo en su quemante agricultura, sino en la boca de hombres y mujeres, terminaré saliéndole al camino a los que entre mi pecho y tu fragancia quieran interponer su planta oscura. De mí nada más malo te dirán, amor mio, de lo que yo te dije. Yo viví en las praderas antes de conocerte y no esperé el amor sino que estuve acechando y salté sobre la rosa. Qué más pueden decirte? No soy bueno ni malo sino un hombre, y agregarán entonces el peligro de mi vida, que conoces y que con tu pasión has compartido. Y bien, este peligro es peligro de amor, de amor completo hacia toda la vida, hacia todas las vidas, y si este amor nos trae la muerte o las prisiones, yo estoy seguro que tus grandes ojos, como cuando los beso se cerrarán entonces con orgullo, en doble orgullo, amor, con tu orgullo y el mío. Pero hacia mis orejas vendrán antes a socavar la torre del amor dulce y duro que nos liga, y me dirán: -"Aquella que tú amas, no es mujer para ti, por qué la quieres? Creo que podrías hallar una más bella, más seria, más profunda, más otra, tú me entiendes, mírala qué ligera, y qué cabeza tiene, y mírala cómo se viste y etcétera y etcétera." Y yo en estas líneas digo: así te quiero, amor, amor, así te amo, así corno te vistes y como se levanta tu cabellera y como tu boca se sonríe, ligera como el agua del manantial sobre las piedras puras, así te quiero, amada. Al pan yo no le pido que me enseñe sino que no me falte durante cada día de la vida. Yo no sé nada de la luz, de dónde viene ni dónde va, yo sólo quiero que la luz alumbre, yo no pido a la noche explicaciones, yo la espero y me envuelve, y así tú, pan y luz y sombra eres. Has venido a mi vida con lo que tú traías, hecha de luz y pan y sombra te esperaba, y así te necesito, así te amo, y a cuantos quieran escuchar mañana lo que no les diré, que aquí lo lean, y retrocedan hoy porque es temprano para estos argumentos. Mañana sólo les daremos una hoja del árbol de nuestro amor, una hoja que caerá sobre la tierra como si la hubieran hecho nuestros labios, como un beso que cae desde nuestras alturas invencibles para mostrar el fuego y la ternura de un amor verdadero.
Pablo Neruda
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