Por mucho que corras, tu “yo verdadero” siempre te alcanza
“Sé tú mismo, el resto de puestos están ocupados”
-Oscar Wilde-
El espinoso camino de ser nosotros mismos
Nos pasamos la vida intentando “encajar”. Y cuando lo logramos, ya en algún sitio o con un grupo de personas, la vida nos sitúa en otro desafío adaptativo que debemos superar.
Es importante que sepas que el miedo a lo desconocido y el volverte a cuestionar son algo totalmente normal ante un cambio, son señales que indican que en tu vida están pasando cosas interesantes.
Ante los grandes cambios o incluso con las vicisitudes que consideramos más comunes e irrelevantes, nuestra identidad puede sentirse amenazada, y así lo percibimos.
Imagina el simple hecho de montar en el ascensor con un vecino: el ponernos agitados o no saber bien que decir nos puede hacer sentir incómodos e inmediatamente hacernos preguntas del tipo ¿por qué he reaccionado así? o reproches del estilo “me creía madura y mira lo que me ha pasado”.
Todos esos cuestionamientos son indicios de que nuestra existencia nos importa, y más aún nos importa que nuestra existencia revele quienes somos realmente.
Si tenemos amor propio, queremos transmitir una imagen lo más veraz de nosotros mismos.
Nuestro “yo verdadero ” y nuestra autoestima
Conocernos significa estar preparados para ser amados
Si nuestra autoestima es baja, vamos a querer disimular nuestro yo devaluado, y entraremos en un laberinto de miradas huidizas, posturas encorsetadas, trato superficial y relaciones fugaces y vacías.
Pero debes caer en la cuenta de una cosa: a no ser que por circunstancias ajenas a ti te hayas envuelto en una situación que no querías… Todo lo que has decidido en esta vida, lo has decidido tú. Por menores y más tristes que nos pareciesen las opciones, tú escogiste una u otra.
Dejar de huir para ceder ante nuestro “yo verdadero”
Llega un momento en el que debemos dejar de cuestionarnos con ese aire castigador. Toca reafirmarse, pero estando libres de cuestionamientos sobre nuestra existencia.
Dos formas muy distintas de crecer, pero en una sabremos evitar el sufrimiento inútil por el sacrificio que vale la pena… Lograr vivir acorde con lo que valoramos.
Ser tú mismo no significa moldear el mundo a tu antojo. Ser tú mismo significa fluir con él, aportando tu esencia, y lograr que ese viaje te premie con aquello por lo que luchas cada día….y a la vez recompensar a la vida con tu estela inconfundible.
Ser tú mismo conlleva la valentía de ser quién realmente eres, con todo lo que implica. Libre de copias y de plagios sin talento.
“Nacemos originales. Morimos copias”
-Carl Gustave Jung-
Cuando soy yo mismo…
- No soy lo que me pasa. Soy la verdad que alberga todo lo que me pasa… Como el recipiente de vidrio que puede contener agua, tierra o semillas, pero siempre sigue siendo el mismo recipiente.
- Las personas que pasan por mi vida me dan claras lecciones: son el reflejo en el que mi interior se proyecta. Los que me incomodan y hacen sentir mal, los que me resultan indiferentes y los que dejan una huella en mí….Todos ellos denotan una parte de mi interior que yo no alcanzo a ver de mí misma, en ocasiones.
- Por mucho empeño que ponga, mi esencia se encuentra en todo lo que hago. Unas veces porque me resisto, y otras porque cedo a mi verdad.
- Mis dudas no son mi enemigo. Son las señales que me guían para atreverme a explorar cosas nuevas, a desafiarme sin exigirme, a conocerme sin limitarme.
“Atrévete a ser tú mismo. Es un lujo a tu alcance”lamenteesmaravillosa.com