Romper un prejuicio al día, la mejor receta para sobrevivir
A lo largo del día, y sin ser conscientes de ello, hablamos y decimos cosas que denotan nuestros prejuicios hacia una persona, un grupo de personas o una situación.
La palabra prejuicio proviene del latín “praeiudicium” que se traduce como “juicio previo”. Por lo tanto, el prejuicio es la acción de prejuzgar, juzgar las cosas o a las personas sin conocerlas.
“El prejuicio es el hijo de la ignorancia”
-William Hazlitt-
El prejuicio es una actitud habitualmente negativa, hacia algo o alguien, por la que se tiende a generalizar. Supone la existencia de dos consecuencias:
- Se crea un esquema cognitivo que nos hace ordenar la información de forma incorrecta.
- No sólo crea evaluaciones negativas, sino que también genera emociones negativa
Tipos de prejuicios
Los prejuicios pueden ser de muy diverso tipo: religiosos, políticos, raciales, de género etc. Pero podemos destacar dos grandes grupos:
Los prejuicios sociales
Surgen de las diferencias de posición social y del deseo de las personas por justificar y mantener esas diferencias.
Los perjuicios sociales hacen creer que un hombre con traje y corbata es más de fiar que un indigente. En nuestro cerebro queda esa información, con independencia de que sea verdad o no.
Los prejuicios raciales
Son aquellos que derivan del color de la piel de las personas.
Un grupo de psicólogos de la Universidad de Nueva York, dirigidos por Elisabeth Phelps, realizaron un estudio y detectaron que muchas personas toman decisiones basándose en prejuicios raciales inconscientes.
En el estudio se solicitó a 50 personas de diversas razas que valoraran de forma intuitiva la fiabilidad de los individuos de distintas razas representados en más de 300 fotografías, en una escala del 1 al 9.
Se descubrió que la fiabilidad de cada persona dependía de la raza. Estos prejuicios inconscientes, sostiene Phelps, entran en juego cuando evaluamos rápidamente a un desconocido del que no tenemos información.
Características de los prejuicios
Los prejuicios tienen una serie de características que son las siguientes:
Tienen efectos dañinos
Puesto que se trata de un juicio de valor sobre un grupo basado en información insuficiente o incompleta. Con esta base, la conducta prejuiciosa es posible que no sea adecuada.
Los prejuicios son una forma de interpretar la realidad pero parten de una información errónea o incompleta. A veces el prejuicio persiste a pesar de tener toda la información.
Implican resistencia al cambio
Los prejuicios son muy difíciles de eliminar, puesto que las personas creen en su veracidad. Esa convicción de que es real impide el cambio.
¡Rompe un prejuicio al día!
Una receta muy buena para sobrevivir y ser más felices es: romper un prejuicio al día.
¿Cómo lo podemos hacer? Os proponemos algunos consejos para ello:
Tómate tu tiempo para conocer a las personas
Antes de decir o pensar algo sobre una persona, tómate el tiempo de conocerla bien, de averiguar quién es. Puede que te sorprenda de forma positiva si le das una oportunidad. Muchas veces se aprende más de las diferencias que de las igualdades.
No hagas a los demás lo que no te gusta que te hagan a ti
Si no te gusta que te critiquen sin motivo y sin conocerte, no lo hagas tú con otras personas. Respeta a los demás como quieres que te respeten.
Desarrolla la empatía
Piensa en cómo se siente la otra persona y ponte en su lugar. No sabemos qué vida han tenido los demás y muchas veces llegamos a conclusiones sin tener información suficiente. Escucha con atención y disfruta de la posibilidad de entender y conocer a otras personas.
Descubre tus prejuicios y comprométete a cambiar
Reflexiona sobre lo que piensas de personas que pertenecen a determinados grupos o razas y comprométete a cambiar.
Aprecia la diversidad y aprende de las diferencias. La diversidad nos enriquece como personas.
Cuantas más personas diferentes conozcamos más puntos de vista tendremos y más ideas nos aportarán sobre temas que quizás no conocemos o conocemos parcialmente.
Acepta las diferencias
Es imposible que entiendas o compartas todo, porque cada grupo tiene sus costumbres, pero a lo mejor otra persona de otro grupo no entiende tus costumbres. Lo importante no es entender, sino aceptar las diferencias.
¡Triste época la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio”.
-Albert Einstein-
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