Creer en ti mismo es lo que te hace falta para iniciar el camino que te llevará a conseguir lo que deseas. No hay mayor seguridad ni mayor nivel de confianza que el que te aportas a ti mismo. Si no das ese paso, si no confías en ti, no tienes nada que hacer.
Hay quien cree que si no le contratan, no le escuchan, no le aplauden o no confían es porque les da vergüenza o porque a la hora de la verdad le invade el miedo escénico. Pero eso no es así. Es la falta de confianza en ti mismo lo que provoca ese miedo, esa vergüenza.
Si tú no crees en ti mismo no espere que nadie más lo haga. Solo si crees en ti mismo podrás ofrecer a los demás algo en lo que creer.
Necesitas creer en ti mismo
La confianza en uno mismo es vital. Piensa en cuántas cosas has dejado de hacer por no confiar en que eras capaz, al menos, de intentarlo, cuántas oportunidades has dejado pasar, cuántos caminos sin recorrer. Sin embargo, dudas, tienes miedo, sientes complejos. Y eso te hacer sufrir la vida en vez de vivirla.
Por eso necesitas creer en ti mismo. Porque aunque lo hagan los demás, no será válido si no empiezas tu primero. De nada sirve que te digan cuanto vales si no te lo crees tu primero. Y para ello, tienes que reflexionar sobre ti y descubrirte. Tienes tanto guardado ahí dentro.
“Nadie puede hacerte sentir inferior sin tu consentimiento”
¡Buenas noticias! Nunca es tarde para coger las riendas. Es un proceso de aprendizaje complejo, pero aprender a creer en uno mismo es posible. A continuación, te ofrecemos unas sencillas estrategias que te ayudarán en la tarea de comenzar a creer en ti mismo y empezar a ganar seguridad y confianza. Con ellas descubrirás todo lo que tenías escondido.
1 – Sé consciente de que la confianza en uno mismo se puede aprender
Si no eres consciente de que puedes aprender a confiar en ti mismo no lo conseguirás. Es lo mismo que estudiar un idioma. ¿Empezarías a estudiar chino si no estuvieras convencido de que puedes lograrlo? Si empiezas a aprender algo es porque confías en que puedes hacerlo. Si no confías no conseguirás nada. Si crees en ti puede que tampoco, pero no te has negado la oportunidad de intentarlo.
La confianza en uno mismo se puede aprender, no lo olvides. Con mucho esfuerzo y entrenamiento podrás conseguirlo, tan solo tienes que intentarlo. Recuerda que el que no arriesga no gana y no hay gesto más bonito que arriesgar por crecer nosotros mismos.
2 – Enfréntate a tu yo negativo interior
Todos tenemos una voz interior que nos recuerda nuestras limitaciones, nuestros miedos, que reproduce todas las críticas que almacenamos en la infancia y la adolescencia. Enfréntate a ese autocrítico interior que tienes y reafírmate. Recuerda que tú decides, no esa voz que acumula tantas experiencias tóxicas.
Nuestro crítico interno puede ser muy severo por su gran capacidad de inducir culpabilidad, pero tú también puedes hacerle frente y ser valiente, recordando que no es nada más que un repetidor de aquellos mensajes de tu infancia. Enfréntate a él y suaviza la voz interior que llevas dentro.
3 – Convierte tus debilidades en fortalezas
Convertir una debilidad en una fortaleza exige cierto grado de creatividad, pero es posible. Es más, si conviertes tus debilidades en fortalezas es fácil que te encuentres con una nueva e increíble oportunidad. Recuerda cada error, cada dificultad y cada obstáculo que se nos presenta, pueden ser grandes motores de oportunidades y continuos aprendizajes.
Analiza tus debilidades, explora tus miedos y cambia de actitud. Solo así te liberarás de las sogas que mantienen cerradas tus alas.
4 – Descubre cuál es tu verdadero potencial
Uno de los motivos por los que muchas personas no creen en sí mismas es porque no han podido explorar sus inquietudes y desarrollar sus pasiones o lo han hecho sin contar con el apoyo y la aprobación de los demás. Deshazte de esa limitación y explora cuáles son tus talentos, descubre dónde reside tu verdadero poder.
Lánzate a la aventura de hacer aquello que siempre deseaste y no hiciste, de comenzar la idea que un día se quedó en tan solo en boceto o de aquel plan con el que soñaste pero que nunca llegaste a disfrutar. Descubre tus cualidades, tus talentos, tus luces y comienza a expandirlos.
No necesitas a nadie que venga a animarte, ni a levantarte el ánimo ni a recordarte que tú puedes. Un poco de ayuda no viene mal, pero debes aprender a ser autosuficiente y emocionalmente independiente. Todo lo que necesites oír puedes decírtelo a ti mismo frente al espejo.
En lugar de maltratarte verbalmente comienza a tratarte con cariño e ilusión. Quiérete y motívate. Mándate mensajes positivos y optimistas, que te sirvan como refuerzo porque no hay nada mejor que saber hablarse bien a uno mismo. Fuera desprecios y autorreproches, comienza a empoderarte.
6 – En tu mente, conviértete en el superhéroe que deseas ser
Superhéroe, superestrella, superéxito… todo vale. Imagina que eres lo que deseas llegar a ser, que has conseguido tus objetivos, que no cargas con las limitaciones que te dificultan conseguir tu sueño. Viste tu traje de superhéroe y serás un superhéroe, porque actuarás como tal. Tan solo tienes que creértelo.
Tu actitud hará cambiar a los demás y te protegerá de sus críticas limitantes. Virirás con ilusión, con un objetivo, y tendrás marcado un rumbo. Pero recuerda que tu traje de superhéroe no es un disfraz, sino una segunda piel. Haz que sea tuya, siente que te pertenece e identifícate con ella.
7 – Empodérate
Crea una poderosa visión de ti mismo. Confía en ti y en tus capacidades. La verdadera confianza en uno mismo proviene del desarrollo de una autovisión positiva y empoderada. Siéntate, cierra los ojos y siente tu poder interior, ese fuego que te carga de energía y te va a permitir alcanzar tus metas.
“O bien nos hacemos a nosotros mismos miserables, o bien nos hacemos fuertes. La cantidad de trabajo es el mismo”
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