Las personas que dicen lo que piensan, aquellas que son sinceras y no dan vueltas a cuanto pasa por su mente, esos seres iluminados que hablan desde el corazón, son esplendorosas y y fantásticas.
Las personas que dicen lo que piensan son sinceras, sobre todo a ellas mismas. Son personas que actúan en consecuencia por ser como son y que no se traicionan a ellas mismas a favor de los demás. Por eso me encantaron siempre, me encantan, y me encantarán toda la vida.
Las personas que dicen lo que piensan y hablan desde el corazón
Hay una parte de nuestra mente, nuestra vida y nuestra alma a la que no siempre se le hace el suficiente caso. Es el corazón. El corazón es el único órgano que te permite ser verdaderamente sincero. Por eso, aquellos que lo usan para regir su existencia, son personas que dicen lo que piensan sin temor a equivocarse.
Solo tu corazón sabe exactamente cómo eres, qué deseas, cómo quieres ser y hacia dónde sueñas verdaderamente que se dirijan tus pasos. Él es un órgano vivo que no te miente, porque en él está tu realidad, tus anhelos, tus sueños e ilusiones, tu verdadera forma de ser.
Por eso, muchas de las personas que dicen lo que piensan hablan desde el corazón. Esa maravillosa máquina perfectamente engrasada que nos da energía y nos comunica cuanto es real en nuestra vida. De nosotros depende escucharle o no.
Di lo que piensas a ti mismo
Si no eres capaz de ser sincero contigo mismo, estás perdido. A la primera persona a la que has de decirle exactamente lo que piensas es a ti, porque de otra forma, serás algo, pero nunca lo que en realidad eres. Serás algo diferente a tu verdadero ser, esencia y personalidad.
Me encantan las personas que se dicen a si mismos lo que piensan, porque para decir la verdad y ser sincero con los demás, hay que empezar por uno mismo. Nosotros somos el comienzo y final de nuestro verdadero ser y existencia.
“Si no puedes ser lo que eres, sé con sinceridad lo que puedas”
Si no somos nosotros mismos, nos convertimos en meras marionetas de un gigantesco teatro que es el mundo en el que nos ha tocado en suerte vivir. Pero en ese panorama inmenso y a veces desolador, si no nos tenemos a nosotros mismos, perdemos nuestra esencia, nuestra libertad y nuestra verdadera razón de ser.
Solo las personas que dicen lo que piensan, que son como su verdadera esencia les permite, que se dejan guiar por su corazón, convicciones y sentimientos, aquellas que son lo que pueden ser, se pueden permitir el lujo de moverse con libertad, expresarse con sinceridad y disfrutar de una vida plena y feliz. Por eso me encantan.
“Mejor que con palabras la sinceridad se muestra con acciones”
Pero no solo merecen consideración las personas que dicen lo que piensan por su sinceridad verbal. Además, también actúan según sus convicciones y en cada acción que llevan a cabo demuestran sus ensoñaciones más internas y reales. No necesitan actuar ni comportarse de otra forma que no sea como son en verdad.
Porque no debemos avergonzarnos de quienes somos y cómo actuamos. Simplemente deberíamos preocuparnos de ser nosotros mismos, conocernos en profundidad y poder hablar como pensamos y actuar en consecuencia sin ningún tipo de miedo al qué dirán.
Actúa sin miedo a opiniones ajenas
Las opiniones ajenas no deben motivar tu forma de actuar, hablar y expresarte. Sea el ambiente que sea en el que te mueves, solo tú debes ser el centro de tu pensamiento, actitud y acción. No el hecho de que otras personas puedan criticarte o no según tus actos.
Si alguien se dedica a hablar mal de ti porque eres de esas personas que dicen lo que piensan, no te preocupes lo más mínimo, porque no te merece ningún tipo de consideración. Sé tú mismo, actúa en consecuencia y relájate ante los demás, porque sólo tú mereces la pena y te comportas tal y como eres.
Por todo esto que acabo de escribir me encantan las personas que dicen lo que piensan. Con sus claros y oscuros, cosas buenas y malas, pero siempre con su verdadera personalidad, sin atajos, aditivos ni triquiñuelas. Solo la verdad y la sinceridad.
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