Vivimos rodeados de etiquetas que nos encasillan en todo tipo de categorías. Algo que nos resulta muy cómodo, a lo que nos hemos acostumbrado, pero que muchas veces nos limitan. Esas etiquetas pueden volverse aburridas y viejas, y pueden estar impidiéndote vivir una vida totalmente plena y en calma contigo mismo.
¿Por qué ocurre esto? A ti te etiquetan y tienes que mostrarte a la altura de esa etiqueta. Como consecuencia, puedes dejar de existir o, lo que es lo mismo, tu propio yo es cubierto por algo que impide mostrarse tal cual es. Pero, ¿cómo podemos lidiar con estas etiquetas? ¿Cómo evitar que dirijan nuestra vida? Hoy descubriremos cómo identificarlas y evitar que nos limiten.
“Si me clasificas (o me etiquetas), me niegas”
“Yo soy”
¿Quién eres realmente? Eres lo que el resto de personas dicen que eres y lo que tú consideras que eres. Pero, ¿hasta que punto te ves influenciado? Las etiquetas me limitan sin yo saberlo y me condicionan. Ese “yo soy” que creo me define, en realidad no es más que un conjunto de etiquetas que provocan que me evada de buscar quien realmente soy.
Desde que somos pequeños las demás personas nos clasifican. Imaginemos a un niño que se introduce en clases de canto, pero le dicen que por mucho que se esfuerce tiene un límite y no puede llegar a aspirar a cantar mejor de lo que lo hace. Este niño ya tiene una etiqueta “canto mal”.
Probablemente, el niño intente alejarse de toda actividad que requiera cantar y, en un futuro, dirá “no canto porque no sirvo para ello, siempre he sido así”. Pero, ¿de verdad ha sido siempre así? Quizás, esto sea el condicionante que nos impide llegar a donde queremos. Muchas veces, ni siquiera son las demás personas las que nos ponen etiquetas limitantes, sino nosotros mismos.
Lo que los demás digan no debe limitar mis sueños
¿Cuántas veces hemos intentado hacer algo, pero nosotros mismos nos paramos los pies por cuestiones que creemos nos impiden seguir adelante? Imaginemos que el mismo niño del anterior ejemplo llega a adulto y decide volver a cantar, volver a intentarlo. Pero, el lugar al que queremos volver solo tiene niños y te sientes mayor y fuera de lugar. Esto te limita y probablemente te impida continuar con tu objetivo.
Las etiquetas no me definen
Si no identificas estas etiquetas y permites que entren y dirijan tu vida, estas te acompañarán siempre, durante toda tu vida. Librarte de ellas no será tarea fácil y, a veces, imposible. Las etiquetas te evitan el trabajo arduo de tratar de cambiar perpetuando así con el comportamiento que las originó. Esto no hace más que frustrarte e introducirte en un círculo vicioso.
Pero, es el momento de decir basta. Basta a las barreras que yo mismo me impongo, basta a todos aquellos que me condicionan, basta a ser quien no soy. Para ello puedes seguir unos sencillos pasos, unas frases que debes repetir e interiorizar siempre para eliminar ese “yo soy” que no define realmente quien eres:
- Repítete “hasta el momento había escogido ser así” y empieza a cambiar.
- Establece metas de conducta y empieza a ser quien quieres ser.
- Ayúdate de los demás para ver las influencias del pasado.
- Anota en un diario todos tus comportamientos autodestructivos.
Estas son algunas de las cosas que debemos pensar y tener en mente para empezar a cambiar esos “yo soy” que realmente nos están destruyendo. Aunque existen algunas más, lo importante es que ellas te ayuden a liberarte de esas etiquetas que te están limitando.
Sabiendo esto, es el momento de liberarnos de la pesada carga que provoca que nos pongamos barreras sin saberlo, sin ser conscientes de ello. Nosotros debemos decidir quienes somos y probar a escoger quienes queremos ser.
Ninguna etiqueta debería limitarte y, cuando te preguntes a ti mismo quién eres realmente, la respuesta que debes darte tiene que ser directa, clara, segura. ¿Sabes quién eres tú? Encontrar tu propio yo será el camino que te llevará exactamente a lo que quieras llegar a ser.