Me quedo contigo porque has querido estar cuando ni siquiera yo quería estar conmigo misma. Me has acompañado en mis momentos más oscuros cuando yo me daba la espalda. Te escojo en mi vida porque me haces ser mejor persona, porque no sé reírme ni llorar con nadie más como lo hago a tu lado.
Lo cierto es que te elijo porque yo decido a quién tener cerca, pues ya se sabe que es de las pocas cosas sobre las que tenemos realmente libertad. Y, a mí, nada me hace más feliz que compartir mi vida con las personas que quiero tener a mi lado.
Me quedo con quien quiere quedarse
Uno de los motivos por los que quiero que estés en mi vida es porque me has demostrado que quieres quedarte en ella. Quizá hasta eso es lo más importante: nadie puede llenarnos más que quien desea hacerlo honestamente. En el momento en el que conocemos a nuevas personas nunca llegamos a saber que hueco ocuparán en nuestro día a día, pero pronto entendemos que cada detalle cuenta para quedarse o para irse.
Por eso estoy segura de que no me equivoco contigo: llegaste sin hacer demasiado ruido y queriendo conocerme para después demostrarme que debía dejarte conmigo, exigiendo solo eso a cambio de cuidarnos, a cambio de acompañarnos tanto en los mejores momentos como en los malos.
Deja marchar a quien quiere irse
Al revés de lo que me pasó contigo, también elijo a quién no debe estar en mi vida o trato de dejar para mí la decisión de perdonar, si hace falta, o de dejar ir o no. Lo que ocurre es que nada en nuestra vida es una certeza y mucho menos nuestras relaciones: nadie puede asegurarnos que la familia biológica que tenemos, por ejemplo, será a quien llamaremos familia después.
Cuando te das cuenta de esto, crecer es justamente sobrevivir a ello: en el fondo las personas que nos quieren son realmente la familia que tenemos, la que escogemos o la que permitimos que lo sea. Al resto de personas que se cruzan en mi vida y que suponen relaciones tóxicas que no nos aportan nada es mejor dejarlas marchar, porque no hay mejor regalo para los que se van que saberlos perder.
“Me sobran ganas de pedirte que te quedes, pero no lo haré. Hay cosas que deben nacer de una persona, como permanecer, querer permanecer.”
La ventaja de tomar decisiones es que podemos erradicar muchas cosas que nos hacen daño. Con las personas ocurre lo mismo: decidir con quienes quieres compartir tu vida te permite apostar por tu felicidad, por quedarte con aquellos que te hacen la vida más fuerte y más alegre.
- Es necesario elegir siempre aquellas personas que abrazan en los buenos y en los malos momentos, aquellas que disfrutan de tus victorias y comparten tus derrotas. La mayor ventaja de tener al lado a quién quieres es no saber quién sale ganando más de la relación.
- Yo soy feliz así y por ello te animo a hacerlo, a huir de las personas que te dan malas vibraciones y rodearte de amigos que te quieren de verdad y que disfrutan de la vida. Recuerdales varias veces al día lo importante que son para ti si es necesario y demuéstrales que tú también puedes serlo para ellos.
- No dejes pasar el tiempo sin tomar la decisión de quererte y dejarte querer: escoge, elige quién merece estar ahí y cuídale para siempre.
- No olvides nunca que muchas veces es fácil quedarse con una mala acción y no recordar todas las buenas que una persona ha hecho para nosotros. Atrévete a tener el valor de perdonar si de verdad quieres tener a esa persona en tu vida y dale una oportunidad: tú decides.
“Deja de perder el tiempo con las personas equivocadas y que no te permiten ser feliz. Si alguien te quiere en su vida hará un espacio para ti sin necesidad de que luches por uno. Nunca te quedes con la persona que constantemente te ignora. Recuerda valorar no a las personas que te acompañan en los mejores momentos, sino a aquellas que están a tu lado incluso en los peores.”