En este mundo loco, tiramos comida por razones estéticas, muchas frutas y vegetales son descartadas por falta de tamaño o forma inadecuada, otras simplemente quedan en el fondo de los cajones por que la gente nos la compran por fea, todo esto genera un gran problema, ya que es comida que se pierde y basura que se genera.
En Barcelona, España, un grupo de personas encontró la solución: lanzaron el proyecto Espigoladors, quienes se dedican a pactar con productores y distribuidores para recoger estos alimentos de descarte que no se venden por culpa de su apariencia.
La recolección es realizada por voluntarios: personas que están desempleadas o que viven en la pobreza se registran y luego pueden ir a los lugares de recogida desde el campo a empresas distribuidores en grupos de 20 o 30 realizan visitas semanales a buscar estos alimentos feos.
Los voluntarios recogen todo lo que pueden y eligen lo que quieren llevar a casa para su consumo personal. El resto se envía a los comedores populares, o incluso se transforman en salsas y mermeladas, que se venden baja la marca Es Im-perfect ayudando así a financiar el proyecto.
La iniciativa ya cuenta con mucho apoyo de entidades y personas y crece día a día, llevando a la práctica un modelo que lucha contra el despilfarro de comida, al mismo tiempo que permite la inclusión social de gente en situación de riesgo.
Alrededor de 30 productores y distribuidores de alimentos españoles trabajan actualmente en asociación con Espigoladors y la tendencia es que el número aumente aún más, gracias a el proyecto ya se han recuperado 81500 kilos de alimentos.
Una iniciativa para aplaudir, apoyar, difundir y replicar en cuanto sitio se pueda.