Es muy fácil hablar, pero no tanto hacer. Es un asunto que hemos escuchado en decenas de amigos y familiares. A todos hay algo en la vida que le gustaría empezar, un sueño por ver cumplido y alguna tarea que poner en marcha, pero siempre se queda en palabras y nunca arrancan sus planes.
Por lo tanto, es muy importante que todo aquello que sueñas con hacer, no lo dejes jamás en el tintero. Si de verdad tienes un proyecto en tu vida que deseas por todos los medios ver cumplido, nunca lo dejes quieto ni permitas que se pare, porque al final quedará en agua de borrajas y solo será una frustración más que hará mella en tu alma, tu psique y tu corazón.
Las palabras se las lleva el viento
Las palabras se las lleva el viento. Puedes decir una y otra vez que vas a llevar a cabo el gran proyecto de tu vida, pero si no haces nada, si no actúas, jamás lo verás cumplido. Es necesaria la acción para que tus planes salgan adelante.
El sacrificio de aquellos que consiguen arriesgarse y no quedarse en el constante hablar es el único que al final tiene una recompensa. Y no pienses que por muy duro que sea el camino, no merece la pena. Durante todo el trayecto lograrás pequeñas metas que te llenarán de satisfacción hasta el gran logro final. No te quedes parado, mirando al infinito, hablando y esperando que todo llegue solo, porque es algo que no sucede.
“Actúa en vez de suplicar. Sacrifícate sin esperanza de gloria ni recompensa. Si quieres conocer los milagros, hazlos tú antes. Sólo así podrá cumplirse tu peculiar destino.”
-Ludwig van Beethoven-
Quien no actúa, no se equivoca, pero tampoco gana
Todos aquellos que se quedan hablando sobre grandes proyectos sin hacer nunca nada, quietos en su propia desgracia e inmovilismo, son los que jamás se equivocarán, pero tampoco triunfarán. Porque nada llega por casualidad, todo requiere esfuerzo.
Aunque grandes genios como Isaac Newton hicieran sus enormes descubrimientos y aportes a la ciencia casi por casualidad, no fue porque se quedasen quietos. Ellos hablaron, pero también trabajaron, postularon y se arriesgaron. Estaban preparados. Así pues, aunque el éxito llegase cuando menos lo esperaban, ellos supieron verlo, aprovecharlo y difundirlo. A otro le hubiese pasado delante de sus ojos y no hubiera sido capaz de verlo.
Empezar sin arrepentirse
Cuando alguien decide empezar algo, puede haber algún momento en el que sienta arrepentimiento. Esos instantes difíciles en los que tal vez habría preferido no hacer nada para evitar errar y sufrir. Sin embargo, las recompensas de los valientes son mucho mayores que las del cobarde.
Y es que la inacción y el inmovilismo no tiene premio alguno más que el miedo. Vivir siempre recluido, huyendo de cuanto es grande, no atrae en absoluto la grandeza, la felicidad y el orgullo de haber logrado tu objetivo.
“Vale más actuar exponiéndose a arrepentirse de ello, que arrepentirse de no haber hecho nada.”
-Giovanni Boccaccio-
Finalmente, el arrepentimiento de no haber hecho nada es mucho más grande que el de haberte equivocado. Siempre sabrás que lo intentaste. Pusiste todo de tu parte para lograr un beneficio, una acción, un objetivo. De lo contrario, te abordará la duda constante de lo que pudo ser y no fue.
No te quedes nunca parado antes de empezar. No permitas encontrarte un día con que solo hablas de tus grandes ideas, pero no llevas ninguna a la práctica, porque te sentirás enormemente frustrado y triste. No dejes que el miedo paralice tus músculos y no te permita disfrutar de la vida en toda su magnitud.
Piensa que la oportunidad está delante de ti, ante tus propios ojos. Sin embargo, es un terreno vedado a aquellos que se atreven con todo. A los que actúan, empiezan sus proyectos y no se quedan hablando de lo que pudo ser y no fue porque jamás tuvo el valor de comenzarlo.
Es importante en esta vida ser valiente. Para ver tus sueños cumplidos, tienes que empezar, no hablar. No escuches a aquellos que te digan que es mejor estar parado, porque se equivocan y no te quieren bien. Sé valiente y ve a por aquello que deseas, porque solo así tendrás una vida plena y feliz.
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