Gracias por permanecer, por no marcharte, por contravenir todas las normas, por no hacer caso de los prejuicios, por no sucumbir a las expectativas, por no irte, por no buscar excusas, por no generar tristezas…
Gracias por ser como eres y ocupar el lugar que deseas. Gracias porque a veces sé que no es fácil desempeñar ese papel, el de persona hogar, el de un corazón de acero forjado en el calor de la fragua de lo inolvidable.
Gracias a ti he comprendido que el cariño sincero nunca se termina, que nunca es negociable ni condicional. Me has enseñado que donde uno decide estar lo suyo es permanecer…
Desde que te conozco soy mejor persona
Tenerte es un regalo tan grande que necesito toda mi vida para poder guardarte. Por eso, desde que te tengo soy mejor persona, más completa, más feliz, con más ganas y con menos miedos.
Me gusta tener a alguien que conozca mis fantasmas, mis miedos y mis demonios. Me gusta que lo sepas todo de mí y aún así no tiembles a la hora de quedarte. Me gusta que me quieras cuando no me lo merezco, me gusta me hagas entender que los errores son parte de nuestra condición.
Gracias por evitar mis naufragios
Gracias por evitar que me inundara la tristeza, la desgana y la pesadumbre. Gracias por proporcionarme razones para seguir, por abrirme los ojos y por descubrirme que cada uno somos un mundo deseoso de ser explorado.
Gracias por perdonarme la impuntualidad, por navegar a mi lado, por conducirme a la orilla, por animarme a nadar en los ríos del sacrificio, del trabajo y del desafío. Gracias por tu confianza, por hacerme soñar, por creerme capaz de recorrer caminos que ni siquiera imaginaba.
Gracias por contarme sin palabras que hay vínculos que no pueden romperse, que no todo es de usar y tirar, que no hace falta destacar para brillar, que todos somos inolvidables y que hay abrazos que son capaces de recomponer nuestros pedazos.
Gracias por estar al otro lado de la unión, por tender tus manos, por no abandonar nuestro vínculo, por permitir que pase el tiempo y no castigar con la distancia.Compartir
Gracias por reconocer en mí las sonrisas de dolor, por saber que no estoy bien, por comprenderme, por ofrecerme calidez, por darme tu oxígeno, por revivirme, por no ahogarme, por no exigirme, por no intoxicarme.
La importancia de las relaciones significativas
Hay personas que, simplemente, se convierten en nuestros rincones favoritos, en lugares a los que siempre regresar. Con ellas vivimos momentos impregnados de amor, de comprensión y de confidencialidad.
O sea, hay personas que se convierten en aire psicológico, pues nos permiten respirar y llenar nuestros pulmones de lo auténtico. Estas relaciones nos ayudan a sostenernos, a marcar nuestro rumbo y a comprender el camino.
Es una suerte poder alimentarnos de permanencia, de amor propio y de intereses comunes. Todo es más fácil cuando recorres parte de tu vida acompañado, cuando sabes que a la vuelta de la esquina habrá alguien esperándote, cuando te sabes querido y merecedor de amor.
Porque las relaciones significativas son aquellas que tienen las palabras perfectas para cada momento, que perciben la cantidad de besos que nos faltan, que conocen el valor de la reciprocidad y de la gratitud, que dejan paso a la esencia, que marcan el Norte, que huelen a casa, que saben a hogar…